De Guillermo Rodríguez Bernal

sábado, 13 de febrero de 2021

Recuerdos de niñez en mi barriada. Banco di Coca.

El padre de mi amigo José Manuel, Pepe, vivía en Castilleja antes de casarse y venirse a Coca. Entre sus amistades en nuestro pueblo vecino, tenía una familia que venía muy a menudo de visita a su casa. El hijo de esta familia, casualmente también se llamaba José Manuel e hizo buenas migas con nosotros, con esa facilidad que sólo tienen los chiquillos para congeniar rápidamente. Sería sobre el año ’81 o el ‘82, lo recuerdo porque ya íbamos a Camas al instituto, nos invitó un día a jugar al tenis. Solían pedir permiso a las monjas del convento y teníamos las canchas para nosotros. Fuimos un par de veces a jugar y fue, en esta segunda vez, cuando nos dijeron que la próxima vez se traerían una pelota de baloncesto y jugaríamos allí mismo en lugar de hacerlo al tenis.

Con el tiempo, nos hicimos asiduos a las visitas a las canchas de baloncesto de las madres irlandesas, hasta empezar a entusiasmarnos con este juego deportivo tan poco disfrutado en nuestra barriada por falta de medios. Fue entonces cuando varios muchachos, conocidos de la barriada, por amigos o del instituto, formamos un equipo con la plantilla justa. Éramos José Manuel, Ricardo, Antonio Muñoz, Antonio Molina y yo. Bastante a menudo, se nos unía José Antonio Carvajal. Todos de Coca. Tanto Ricardo como Antonio Molina habían tenido antes experiencia en el juego. El resto nada, pero nos acoplamos perfectamente asimilando cada uno el puesto en el que le tocaba jugar.

El hecho de estar en el instituto, facilitó el conocer a gente que también jugaban al baloncesto en sus pueblos. Fueron los de Gines, los que propiciaron el acercamiento al juego contra otro equipo y los que hicieron que perfeccionáramos, en la medida de no haber tenido nunca un entrenador, nuestra técnica y forma de jugar. Pronto, empezamos a jugar asiduamente, no sólo en Gines, sino en Tomares y en Camas. Fue en el curso 83-84, cuando jugamos nuestro primer campeonato en el Instituto. Había que buscar un nombre. Por entonces, un jugador italiano llamado Dino Meneghin jugaba en el “Banco di Roma”. Ya teníamos nombre “Banco di Coca”. La verdad es que no se nos dio demasiado bien, pero a raíz de entonces, empezamos a conocer más equipos y a jugar en bastantes sitios. A Gines, Tomares y Camas, se unían Santiponce, Colina Blanca (allí daba gusto porque después había piscina), Mairena del Aljarafe, Castilleja, Dos Hermanas, Olivares y varios de Sevilla capital. Nos hicimos muy conocidos y depuramos mucho la técnica al estar todo el día pensando en el básquet.

Por esa época, nos llamaron de Coca para que entrenáramos y enseñáramos a niños de la barriada. Nos gustó la idea, más que nada porque así colocarían canastas en nuestra barriada y no tendríamos que ir a Castilleja, Tomares o la Pañoleta, para poder jugar. Entrenamos a los chavales un día, sin canastas y sin nada. Dijimos que la próxima vez tenían que haber al menos canastas porque si no era imposible. Todo quedó en eso. Al poco tiempo la colocaron, pero no nos dijeron nada más.

De buenas a primeras, nos vuelven a llamar, diciendo que se organiza un campeonato en el colegio y si podíamos hacer de árbitros. El equipo de Coca llegó a la final y, haciendo un poco de trampa, nos pusieron a José Manuel y a mí a jugar la final. Fue muy difícil, porque el equipo con el que se jugo, se notaba que estaba bien entrenado, pero se ganó. Creo que fue el primer y único campeonato que se jugó en nuestra barriada. Nosotros contentos porque ya teníamos canastas en Coca.

Estábamos en C.O.U., nuevo campeonato en el instituto en el que también se presentó el Banco di Coca. Esta vez mucho mas preparado que aquella primera vez y, como se suele decir, con bastantes tiros dados ya. Nuestro equipo éramos cuatro, porque Antonio Molina estaba en la universidad. Teníamos a un chaval de Santiponce que jugaba muy bien, pero el resto del equipo eran amigos que apenas habían jugado nunca. Llegamos a la final. Las gradas del instituto y los alrededores como nunca los vi de gente. El equipo contrario, era un conjunto del equipo del Trastamara, “Novias Ciras” y el equipo federado de Camas. Se cambiaban continuamente y siempre estaban frescos. Mantuvimos el partido mientras estábamos bien los cinco de siempre. Llegamos a estar hasta de ocho puntos por encima. El esfuerzo nos hizo mella y perdimos la final que con tanta ilusión jugamos, contra aquel equipo tan potente. Medalla de plata.

A partir de entonces, ya éramos conocidos como el equipo de Coca y gozamos del respeto de muchos jugadores que al principio nos veían como aprendices del juego. Lastima que en Coca, muy poca gente supo de nosotros. Por último decir, que Luis Miguel Marmol nos llegó a intentar apuntar al llamado “Torneo de Primavera”, o algo así, pero todo quedó en nada. Luego llegó el momento en que unos hacíamos la mili, otros empezaban a trabajar y otros la universidad. Estuvimos jugando algunos años más. Yo tuve el accidente de moto y creo que llego el parón definitivo. Todavía, cuando me veo con José Manuel, recordamos aquellos tiempos y lo que llegamos ha hacer unos amigos de Coca. Por supuesto, algunas veces, cogemos la pelota y nos vamos los dos a hacer unas canastas.

Dedicado a José Antonio Montes que me pidió que lo colgara por aquí, por el recuerdo que él llegó a tener de “El Banco di Coca”.

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