De Guillermo Rodríguez Bernal

domingo, 31 de mayo de 2020

Las ciudades de Mahón y Ciutadella.

Levantando al caballo en las fiestas de Menorca
A cada uno de los lados de la isla de Menorca, dos ciudades la sostienen y hacen de ella la segunda de las islas del archipiélago balear, en mi modo de verlas. Mahón y Ciutadella, este y oeste unidos por una única carretera que la hacen verse como rivales y hermanas a la vez y de las que pudimos dar cuenta en nuestras vacaciones de 2016. Dos ciudades muy diferentes entre sí y casi iguales en sus gentes, sus calles, sus lugares de reunión, sus días de fiesta y en el trato que dan al recién llegado. Dos lugares alejados del turismo de luces de neón, del ruido electrónico y de juergas de madrugada que abren paso a noches estrelladas, tranquilas melodías a la puerta de algún bar y la tranquilidad de un apacible paseo entre sus calles. Hoy las traigo a la memoria, enfrentándolas y haciéndoles ver que no son tan distintas. Hoy les hago ver que tienen la suerte de vivir en una isla con dos capitales importantes en lugar de una.

domingo, 17 de mayo de 2020

Cantabria. Cabezón de la Sal, Ruente, Barcenillas, Carmona, Barcena Mayor y el bueno de David.

Santillana
De merienda en Santillana del Mar
Tuvimos la suerte de conocer a David en aquellas vacaciones en Santillana del Mar del 2014. Nuestro barman particular, nos servía nuestros gin-tonics de la merienda y nos daba conversación en los taburetes de la barra del local donde nos servía. Charlas sobre la ruta hecha por la mañana y lo de por ver al día siguiente. Como buen conocedor de su tierra, acertaba al 100% en la recomendación que nos hacía sobre el lugar donde comer, según la zona por la que estuviéramos en ese momento. No faltó aquella que nos hizo cuando le dijimos que nuestra intención era ir a Bárcena Mayor, lugar que marcan muchas guías como sitio de referencia del mejor cocido montañés de toda Cantabria.

sábado, 9 de mayo de 2020

La Palma. Marcos y Cordero, miradores, piscinas naturales, San Andrés y el Principe Alberto.

Marcos y Cordero
Ruta de los Nacientes de Marcos y Cordero
No creíamos que aquel taxi de nueve plazas nos llevara sanos y salvos a nuestro destino. El taxista amenizaba el recorrido de manera magistral, con un monologo que tocaba todos los palos y, en cierto modo, evito los miedos de aquel largo y tortuoso camino que discurría sin dar tregua entre estrecheces, desniveles, barro, piedras y grietas. Nunca pegué más tumbos en un coche que en aquella ocasión. Todo lo tenía controlado aquel mago del volante que metía aquel coche por donde parecía imposible, mientras nos contaba lo poco que le duraban haciendo esos trayectos. Normal. Al bajarnos, todo
Marcos y Cordero
Lo complicado pasados los túneles
daba vueltas todavía, teniendo ya los pies en el suelo. Nada mejor que ponernos a caminar por una de las más famosas rutas de senderismo de la isla de la Palma, la que nos llevaba de los nacientes de Marcos y Cordero al centro de visitantes de la Cascada de los Tilos.
Camino para recordar. Aquel lado este de la isla era lo más selvático de toda ella. La altura hacía estancar las nubes y que el agua no faltara nunca en aquella vertiente. De hecho, fue la protagonista durante el tiempo que estuvimos caminando. Por un lado, atravesar sus 13 túneles, aunque recuerdo que conté 14, que en su día fueron de servicio y que siguen ayudando a la canalización de toda el agua recogida en aquella ladera al servicio de la isla. Túneles
Espigón Atravesado
Mirador del Espigón Atravesado
que obligaban a llevar algo de protección en la cabeza por las continuas “calabazadas” que nos dábamos sin querer. Por el otro, el verdor que todo lo inundaba en aquellas zonas altas por la que caminábamos. Solitario camino al principio hasta bastantes kilómetros después en que llegábamos al mirador del Espigón Atravesado, donde empezábamos a encontrarnos con los que subían provenientes del Centro de Visitantes. Una vez abajo, acercarnos a una de las cascadas más altas y bellas de toda la isla y probablemente del resto de las Canarias: La cascada de los Tilos. Todo un vergel de una zona declarada Reserva Mundial de la Biosfera y Patrimonio de la Unesco.

domingo, 3 de mayo de 2020

La Palma.- Tijarafe, Garafia, la Zarcilla, el Roque de los Muchachos y unos chicharrones con gofio.

El Time
Valle de Aridane desde el Mirador de El Time
Aquel 24 de agosto, El Time recibía a sus tres primeros visitantes. Casi a 600 metros sobre el mar, el mirador mostraba en todo su esplendor el valle de Aridane. El día era muy soleado y nosotros comenzábamos una ruta cargada de desniveles que ya El Time se encargaba de ir adelantando. Bien empezaba la mañana.
Fue Tijarafe el primer pueblo en el que nos vimos en la obligación de parar. Su calle de la Luz la que nos dio la bienvenida, enseñándonos esas casas bajas de colores
Tijarafe
Casa adosada a la Iglesia de la Candelaria en Tijarafe
salvando la pendiente y que son enseña de la isla de la Palma. La encalada iglesia de Ntra. Sra. de la Candelaria en todo el centro de la localidad, dejando mostrar la roca volcánica de la que está hecha y con un enorme árbol a su entrada con esa energía inagotable para aquellos de los que gusta abrazarlos. Y el silencio y la tranquilidad que se respiraba caminando por este pueblo platanero y que daba continuidad a nuestras visitas del día. Seguimos rumbo norte, con la calle del Adiós susurrándonos que volviéramos pronto.

lunes, 27 de abril de 2020

Santa Cruz de la Palma.

Cruz del Milenio
Cruz del Milenio
Arrancamos temprano aquella jornada del 28 de agosto. Nuestra idea era descubrir la capital de la isla bonita, nuestro paraíso natural. Como lázaros tuvimos la suerte de contar con nuestros amigos palmeros Ana y Norberto, se presentaba un día para recordar. Pasado el túnel del tiempo acercarnos a dos miradores, el de la Concepción y el de la Montaña de Breña, que nos hicieron tener una visión más que detallada del enclave en el que estábamos y el contraste entre montaña y costa en tan poca distancia entre ellos. Entre La Cumbre y los escarpados que dan al océano, cientos de viviendas se salpican por esa verde ladera como balcones bien situados buscando el nacimiento del astro rey de cada día. El de la Concepción sobre el punto más alto del cráter de un volcán, con una ermita del XVI y siempre vigía de la ciudad de Santa Cruz. El de la Montaña de Breña con unas preciosas vistas de la comarca del Mazo y con la Cruz del Milenio coronándolo en su punto más alto.

viernes, 24 de abril de 2020

La Palma.- Los Llanos de Aridane, Fuencaliente, Tazacorte y mucho agradecimiento.

La Palma
Maqueta del niño J.E.R.C.
Creo que puedo decir, con temor a equivocarme, que encontré mi paraíso natural. Cuando pierdes toda esperanza de encontrar un lugar aislado, con apenas contaminación atmosférica, que pases de la pura selva tropical al más árido de los desiertos en pocos kilómetros y donde el sentir de sus gentes está alejado por completo de nuestras prisas diarias y el stress de lo que llamamos vida, mis pies tocan el suelo de la isla de La Palma, nuestra Isla Bonita. El verano de 2018 fue para mí el descubrir ese vergel escondido, que ojalá este post impida contaminar con la barbarie turística que machacan muchas zonas de nuestras islas afortunadas.
Rápido empecé a asimilar donde había aterrizado aquella mañana de agosto. Sólo tuve que conducir desde el aeropuerto hasta Los Llanos de Aridane atravesando “el túnel del tiempo” por la carretera de La Cumbre. Desniveles de terreno importantes cargados de vegetación, a un lado, y la llanura protegida por la Cumbre y la falda de la caldera de Taburiente, al otro. Porque era en Los Llanos donde nos quedamos para descubrir poco a poco la isla.

viernes, 17 de abril de 2020

Girona. La Costa Brava, 2ª parte.

Sant Pere de Rodes
Sant Pere de Rodes
Algo ha traído bueno el asesino virus venido de oriente. El encierro forzoso me obliga a retomar mis escritos después de un tiempo olvidados. Y mi cabeza se va al recuerdo de la Costa Brava catalana. Mi segunda visita al mar, en aquellas vacaciones de 2015, la comienzo desde un lugar inigualable. Con el cabo de Creus, la bahía de Llançà y el Port de la Selva como testigos, mis piernas me llevan por aquel camino de tierra que hace encontrarme con el Monasterio de Sant Pere de Rodes, que se alza majestuoso sobre la falda de la montaña de Verdera. Nada se quedó por ver gracias al buen trabajo de señalización de los responsables de aquel monumento histórico-artístico
Hospital de Sant Pere de Rodes
Hospital de Sant Pere de Rodes
nacional. Todo impresiona en aquel paseo entre las piedras de aquella construcción del románico catalán. Su claustro interior y el exterior, su vigorosa torre defensiva, su vistoso y detallado campanario, su enorme iglesia, las celdas donde descansaban los que allí moraban… Todo te hacía tener los ojos muy abiertos mientras tu mente trataba de imaginar cómo sería la vida entre aquellas paredes. A la salida una pequeña edificación estaba señalada como Hospital. Allí reponían fuerzas aquellos que buscaban hospitalidad a su paso por aquel lugar en peregrinación. Ya en el aparcamiento, nos decía adiós desde las alturas las ruinas de la Iglesia de Santa Helena de Rodes, que allí seguirá con una de las vistas más relajantes de aquellas tierras.