De Guillermo Rodríguez Bernal

viernes, 1 de junio de 2018

La ciudad de Tarragona.

Arco de Bará
Arco de Bará
Conduciendo pegado a la costa catalana, nos topamos con un arco romano. Es un arco de triunfo el de Bará y fue el preludio a una mañana intensa de visitas, por una de las ciudades españolas donde más se acentúa la presencia del imperio romano en la península. Desde ese momento quise transitar por la vía Augusta antes que por la N-340. Y es que a falta de seis kilómetros para llegar a Tarragona, no sé cuantos pasos romanos serían, volvemos a tener muestras de Roma en un antiguo monumento funerario. A pie de carretera se yerguen lo que queda de la torre de los Escipiones, de los pocos que hay en buen estado dedicado al culto de los que partieron. Y estábamos únicamente arrancando.