De Guillermo Rodríguez Bernal

domingo, 22 de enero de 2017

Córdoba.

Saliendo de Santa Cruz
Saliendo de Santa Cruz, camino de la Ruta del Califato
Pues allí me encontraba en ese último caminar, en la barra del bar Casa José echando sobre mis tostadas ese aceite con el que disfruté estos días atrás. Sobre una de las estanterías que tenía justo enfrente, las mismas botellas a la venta y mis dudas sobre llevarme alguna para casa. Esa obsesión que tenemos muchos sobre el peso a llevar en la mochila, hizo que terminase mi colacao, me ajustara la mochila y saliera por la puerta dejándolas allí. Todavía de noche, comencé mi caminar en solitario. Mis compañeros de camino saldrían un poco más tarde, había lesiones, convenía llegar pronto a Córdoba y hacerlo lo mejor posible. Ellos esperaron a alguien que los llevara al cruce con el camino de Granada, así evitarían esos primeros casi seis kilómetros de monótona carretera en pendiente.

miércoles, 18 de enero de 2017

Santa Cruz.

Castro del Río
Primeras señales saliendo de Castro del Río
Dos mantas puestas dobles sobre el saco de dormir en el que pasé la noche en Castro del Río, evitaron que pasara frío aquella madrugada del cuatro de enero de este año, a pesar de la baja temperatura que tenía el albergue. Costó trabajo echar para abajo la cremallera y vestirse, la habitación estaba helada. Pegamos el portazo, cerrando bien el albergue y me acerqué a dejar las llaves en la policía local, donde me esperaba el mismo funcionario municipal que me las dio el día antes. Deseos de buen camino por su parte y me uní a Antonio, Pedro y Juan en el bar que había justo al lado del Circulo el Liceo. La iglesia Madre de Dios fue testigo de mi partida por aquellas calles y sin amanecer, antes que salieran el resto de peregrinos.

lunes, 16 de enero de 2017

Castro del Río.

Olivares
Amaneciendo entre olivos
Madrugamos aquella mañana del tres de enero de este año en aquella pensión de Doña Mencía. Pedro, Antonio, Juan y yo desayunamos juntos en el bar recién abierto de Casa Morejón, donde dejamos saldadas las cuentas de nuestras estancia en aquella primera etapa de nuestro caminar por el Mozárabe desde Málaga. Mientras mis amigos subían a la habitación para terminar de recoger las cosas, aprovecho para salir en mi caminar de hoy, echando cuenta de las indicaciones de Pedro, que ya se había preocupado de saber cuál era la mejor salida para retomar el camino. Abrigado todo lo posible para mantener el calor y evitar el frío, pegué el portazo a Doña Mencía subiendo por la calle Jaén. Fuerte pendiente que había que tomar con la calma necesaria para ser lo más constante posible. En la cima, ya a las afueras, notar lo bien que viene para el frío una buena pendiente a primera hora de la mañana.

miércoles, 11 de enero de 2017

Doña Mencía.

Lucena
Mis primeras flechas. Accediendo a la Vía Verde del Aceite.
Estaríamos a unos tres grados de temperatura sobre las ocho de la mañana, cuando empecé a caminar junto al parque de Lucena. Antonio, Juan y Pedro llegarían más tarde, con lo que puse rumbo a la búsqueda de aquellas primeras flechas amarillas por las calles lucentinas, tirando de lo que dejé guardado en la memoria del camino a seguir cuando estuve en casa. Podrá ser de las primeras veces en las que he dibujado una sonrisa en mi cara al ver los cipreses de un cementerio. Eran la señal que necesitaba para saber que en cuestión de segundos daría con la Vía Verde del Aceite que me llevaría hasta el final de la etapa de hoy.