De Guillermo Rodríguez Bernal

lunes, 26 de mayo de 2014

Puente la Reina (Por el Aragonés).

Moreal
Señal indicativa en Monreal
En el comedor de Monreal preparamos la mochila aún de noche. Cabizbajos y a sabiendas de lo que deparaba la jornada en cuanto a despedidas. Nuestra última etapa de este camino 2014 y el adiós a los amigos con los que habíamos compartido tanto en tan sólo seis días de caminar. Ya preparados, abrazos y besos antes de cerrar el portalón de nuestro albergue. No volvimos a verlos en el resto de la jornada. Como empujándonos, las farolas de las calles de Monreal empezaban a apagarse y el día terminaba de nacer.

jueves, 1 de mayo de 2014

Monreal.

Sangüesa
Saliendo de Sangüesa
Quería arrancar el día y la noche se resistía, aquella mañana primer día del mes de mayo. Sangüesa dormía, por lo que fueron aquellos bellos balcones de las fachadas, los blasones de las casas señoriales y la hermosisima y coqueta iglesia de Santa María la Real, los únicos testigos del caminar de los peregrinos más madrugadores. Como a muchos otros antes, nuestro viejo amigo el río Aragón nos deseaba buen camino, cuando lo cruzábamos por aquel puente de hierro lleno de remaches. Todos aquellos peregrinos que nos quedamos en Sangüesa decidieron coger la variante de la Foz de Lumbier. Nos despedimos de algunos de ellos y decidimos tomar el viejo itinerario de este aragonés, queriendo tocar el cielo en el alto de Aibar, a través del pueblo de Rocaforte.