De Guillermo Rodríguez Bernal

sábado, 11 de agosto de 2012

Mallorca. Palma y Soller.

Isla de Mallorca
No sé si fue el recuerdo de mi paso por la isla, unos veinticinco años atrás, o quizás todas aquellas ofertas que nos metían por los ojos sobre alojamientos en aquel verano de 2009. El caso es que se eligió un hotel en Magalluf. Gran error, ya que no buscábamos para descansar un lugar lleno de locales en inglés, luces de neón y turistas que no aguantaban la bebida. La única suerte fue que el ambiente en el hotel era familiar, en su mayoría de la península, y las bonitas vistas de la bahía de Palma por la noche al pasear por la playa. Allí estábamos y teníamos por delante bastantes días para sacar todo el jugo que pudiéramos a la tan agraciada isla de Mallorca. No podría montar las rutas que hice por entonces,   pero puedo recordar los lugares visitados,   los pasos por los que
llegué a ellos y la impresión que me causaron. Para ellos haría una mezcla de lugares muy turísticos y visitados por la mayoría, así como otros que no lo fueron tanto. Y a eso voy.
Catedral de Palma de Mallorca
La Rambra en Palma
Empezando por la capital, recuerdo que nuestro autobús nos dejó en el puerto. Lo primero que entra por los ojos es lo majestuosa que luce la catedral desde allí. La dejaríamos para el final, así que bordeamos un poco por el paseo del Born hasta llegar a la iglesia de Sant Jaume y un magnífico paseo por la Rambla. Pequeños puestos a cada uno de los lados y gentes con el quehacer de cada día eran nuestros acompañantes en nuestro despacio caminar por aquel paseo. A su salida, que era precisamente la entrada, dos emperadores romanos nos despedían
Plaça Major de Palma
para adentrarnos en la plaça del Mercat. Recuerdo una balconada preciosa en uno de sus edificios. Y después subir incontables escalones para desde San Bartomeu llegar a la Plaça Major. Coqueta, enorme, de color amarillo y con el mismo trajín de gentes con prisas, paseando o simplemente sentados en una terraza disfrutando de un día soleado y con buena temperatura. Después de un refrigerio, perderse por sus calles hasta llegar a la iglesia de San Francisco. Estaba abierta y aprovechamos para visitarla. Es una verdadera maravilla. Nos
Baños Árabes
quedaba por conocer esos preciosos arcos de herradura de los baños árabes y el ayuntamiento, con su robusto olivo custodiándolo. En su fachada un cartel que, como si nos hablara, se leía “Pel nostre territori.El de tots!”. Ya de vuelta nos quedaba su catedral, con muchas personas en su interior y por los alrededores. Estaba tal y como la recordaba años atrás. Disfruté de nuevo de sus portadas, de su enorme rosetón, de la amplitud y la altura que tiene su interior y de ese lugar privilegiado junto al mar.
Catedral de Palma
Tren a Soller
También podemos dar un largo y cuesta arriba paseo para llegar al castillo de Bellver. Buenas vistas de toda la ciudad y el puerto. Después una visita a este museo, para conocer un poco más la historia del pueblo mallorquín. Aunque dentro de las preparaciones que hicimos en casa, una de las mas esperada por mi hija era la de montarnos en el tren que va de Palma a Soller. Simpático el tránsito a la salida de la estación por las calles de Palma y de cómo, poco a poco, te alejas de la ciudad y empiezas a descubrir la serra de Tramuntana. Oscuros túneles, puentes de vértigo y una buena parada la que hace en el Pujol d'en Banya, donde se aprecia en todo su esplendor el valle de Soller. Finaliza en este pueblo donde se hace indispensable dar un paseo para descubrir los preciosos balcones del su antiguo banco y la bonita iglesia de San Bartomeu, que debido a sus continuas reconstrucciones, nos encontramos con el estilo románico de su nacimiento, pasando por gótico, barroco y modernista, de sus reformas. Sin olvidar la presencia, en algún que otro rincón, de un hijo adoptivo de la ciudad: Joan Miró.
Iglesia de Sant Bartomeu y Antiguo Banco de Soller

Valle de Soller
Tras su visita, ahora le toca el turno al tranvía, que nos deja en el puerto de Soller. Bastantes tiendas y restaurantes, la playa d'en Repic y bonito paseo al borde de la bahía. Como atracción, un catamarán con salida desde el puerto te lleva a la cala Sa Calobra. El precio del trayecto y lo tanto que me habían hablado de las curvas hasta llegar a la cala, hizo que aprovecháramos la tarde para darnos un baño.
Bahía de Soller

Pincha aquí para "Mallorca. Cuevas, Valldemossa y Alcudia."

Pincha aquí para "Mallorca. Sa Calobra, Fomentor, Caragol y algo de comer."

7 comentarios:

  1. Apenas conozco la isla de Mallorca, en la que estuve tres veces, por los setenta, o sea lo que ha llovido, amigo. Y en aquellas veces, en un hotelito en Paguera, ( el amigo Joan sabra donde queda), donde se accedia directamente a la calita a pie del Hotel. Y las Covas del Drac, y la Serra de Tramontana, y la abadia de Valdemosa... si, recuerdos que haces recordar, amigo, y que espero se puedan volver a ser realizados. Queda pendiente a lo que nos diga el amigo Joan.

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  2. Pues para la segunda parte tengo parte de lo que hablas. También he dejado lo que mas me impresionó de la isla y que tanto he compartido mediante correos con nuestro buen amigo Joan. Sus costas, sus acantilados y sus playas. Pero esas playas libres de contaminación y de polución urbanística, donde el ladrillo mas cercano se encuentra a unos kilómetros y pertenece a un faro. Ya hablaré de eso en estos días.

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  3. Hola Guillermo, con un poco de retraso (por lo del fin de semana),no sé sí debe quedar algo que no conozcas, de todas formaa "Tomo buena nota" para saber lo que habrá que repetir y otros rincones, que a buen seguro no conoceis. Un abrazo y hazlo extensivo a toda la familia. (ya me imagino que darás mucha envidia sana, por supuesto a muchos de nuestros amigos y amigas, hasta siempre.

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  4. Me queda un poco todavía y ya sabes que me quedan muchos de esos rincones por descubrir. Bueno amigo, continúo y ya me dirás.

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  5. En mi caso Willy tu hablas de recuerdos por mi parte agrego nostalgia y por supuesto recuerdos.... (seis años "trabajando" allí ya que en Mallorca no se trabaja se disfruta y se vive la vida y su calma... la frase más bonita que se oía y decía era "tu si q´en vius de bé). la primera vez que desembarqué (Transmediterránea de entonces) fue a principios de los setenta y para deleite de algunos y mío espero nos hables de su gastronomía, muy bueno todo el "vivir" el Mallorca tuyo... sigue... sigue... no pares...

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  6. En eso estoy, lo que pasa es que pensaba hacer dos y creo que no voy a tener bastante. Habrá un tercero.

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