De Guillermo Rodríguez Bernal

jueves, 23 de agosto de 2012

La ciudad de Soria.

Esculturas en Diputación de Soria. El "Juglar del Cid" el segundo
Totalmente despejado estaba el cielo aquel día de septiembre de 2008 en el que llegamos a Soria. Aparcamos en el parking de la plaza del Olivo, lo que nos vino de maravilla al tener la oficina de turismo allí mismo y la calle peatonal principal y comercial de la ciudad a nuestros pies. Tras conseguir nuestro plano y la información necesaria, comenzamos a caminar por sus calles, teniendo como principio la magnífica Alameda de Cervantes. Verdadero pulmón de Soria, por la cantidad de árboles con los que cuenta, y lleno de personas disfrutando de la mañana. Volver  de  nuevo  a  la plaza dando un rodeo para encontrarnos con la iglesia de San Juan y las
esculturas en la puerta del Palacio de la Diputación Provincial. Estábamos en la calle de los Caballeros y significativa era que una de las esculturas fuera la del denominado “Juglar del Cid”, haciendo mención al autor anónimo del Cantar. El resto pertenecían a personajes importantes de Soria y de su provincia.
Fachada Concatedral de Soria
Continuamos subiendo primero y bajando después hasta alcanzar la plaza mayor, con una bonita fuente en el centro custodiada por dos leones, la iglesia de Santa María al fondo y, a nuestras espaldas, el Ayuntamiento. Otra curiosidad es tener dedicada, la construcción de este último, a Miguel de Cervantes en el tercer centenario de la publicación de “El Quijote”. Después, tras pasar por la calle mayor y la plaza de Santa Catalina, llegar a la Concatedral de San Pedro. La entrada, por la puerta sur, con una austera imagen del Santo arriba de la portada. Dentro, una maravilla del arte románico, con un
Arcos del Claustro de la Concatedral de San Pedro
bellísimo claustro. Tras salir, empezar a subir de nuevo pasando por las ruinas de la Iglesia de San Nicolás y después el Palacio de los Condes de Gomara. Estupenda fachada sin dejar atrás su portada, en este edificio de los principales de la ciudad y que hoy es sede de la Audiencia Provincial.

Ayuntamiento de Soria y fachada del Palacio de los Condes de Gomara
Fachada de la Iglesia de Santo Domingo
Dentro de la ciudad nos quedaba algo importante. La iglesia de Santo Domingo tiene una de las fachadas más bellas que he visto, a conjunto con su preciosa portada y su gran rosetón. Dentro una maravilla, pero me quedo con una placa a su salida en la que reza.

En Santo Domingo
la misa mayor.
Aunque me decían
hereje y masón
rezando contigo
¡Cuanta devoción!

Antonio Machado
Estaba firmado por Antonio Machado, y es que muy cerca se encontraba el instituto donde impartía clases de francés. Todavía se conserva su aula tal y como la dejó en tiempos. En la puerta un enorme busto suyo. Estamos en la calle Aduana Vieja, de los sitios mas emblemáticos de la ciudad por la cantidad de casas señoriales que tiene. Y a dos pasos volvemos a la plaza del Olivo para coger el coche en busca del río cuyas aguas riegan Soria: El Duero.
Arquería del Claustro de San Juan de Duero
Pasado el Puente de Piedra, dejando atrás la ciudad, giramos a la izquierda para visitar el claustro del monasterio de San Juan de Duero. Tan sólo quedan su iglesia y los arcos de su claustro. Dentro de la iglesia, un audiovisual nos describe como fue fundada por la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Acre y como fue punto fronterizo entre los musulmanes al sur primero, y luego entre castellanos, aragoneses y navarros. Muy artística la arquería de su claustro, en la que se aprecia la cercana influencia mora en su construcción.
Interior de la Iglesia de San Saturio
Como final de la mañana, retomar el Duero en sentido contrario para llegar primero a San Polo y continuar, en coche, hasta San Saturio. La ermita del patrón de Soria se encuentra enclavado en una gran roca a la vera del Duero, sobre la cueva donde vivió. Su acceso es por debajo, entrando por la misma cueva, hasta descubrir el altar donde se encuentra el Santo. Su cúpula y sus paredes completamente pintados con la vida del anacoreta, que llenan de colorido el interior. A la salida el Duero y los álamos que tan bien nos describió Machado en su poema "He vuelto a ver los álamos dorados..." de su obra Campos de Castilla.

He vuelto a ver los álamos dorados,
álamos del camino en la ribera
del Duero, entre San Polo y San Saturio:
tras las murallas viejas
de Soria -barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra-.

Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua, cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas.

¡Alamos del amor que ayer tuvisteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera;
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña;
alamos de las márgenes del Duero,
conmigo vais, mi corazón os lleva!

Ermita de San Saturio sobre el río Duero

Pincha aquí para "Soría. Calatañazor, El Burgo de Osma, Berlanga de Duero y un cocodrilo."

2 comentarios:


  1. Aparte de empaparme del contenido y que lo vale, me ha venido a la mente que me faltan un par de sellos de Soria, la próxima vez que vuelvas avísame ante por si hay ocasión...

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    1. Pa'verlo sabío, Pedrito. Gracías por tu comentario.
      Oye, me gusta la foto nueva de tu logo.

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