De Guillermo Rodríguez Bernal

lunes, 17 de septiembre de 2012

Huelva. Sierra de Aracena y Picos de Aroche II. Alajar, Fuenteheridos, Galaroza, Castaño de Robledo y un humanista.

Espadaña en Peña de Arias Montano
Continuando con nuestra sierra y dejando atrás a Linares, tiramos por la misma comarcal para llegar a Alájar. De los pueblos más bonitos de esta Sierra. Es un placer caminar por sus calles siempre con gentes. Pero donde se aprecia la belleza de este pueblo es desde muy cerca de allí. La peña de Arias Montano tiene el mejor mirador de este pueblo y de parte de la Sierra de Aracena. Muy visitado como zona de recreo y sitio ideal para pasar un día de campo.  Para los más curiosos,  visitar  la ermita de la Santa Reina de
los Ángeles, donde encontrarán las señales de fieles agradecidos que pidieron a la santa y que vieron cumplidos sus deseos. En esta peña vivió parte de su retiro Benito Arias Montano, humanista y conocedor de bastantes lenguas. Cuentan, y ya no sé si forma parte de su leyenda, que una vez fue a visitarlo Felipe II. El monarca, subiendo por el zigzagueante camino y tratando un poco de poner a prueba a nuestro amigo, le preguntó que hablaban dos pajarillos que estaban en una rama cercana. Benito le respondió que hablaban sobre un lugar con bastante comida, que lo siguiera. Las risas de los oyentes se convirtieron en asombro, al ver multitud de pájaros picoteando el grano de un carro volcado en el camino. Significativa historia del que da nombre a esta peña de Alajar.
Fuente de los Doce Caños en Fuenteheridos
Siguiendo, llegamos a Fuenteheridos. Un lugar más tranquilo que Aracena y también ideal para el café y la charla en su plaza de El Coso. Normalmente, según la época del año, suelen poner puestos con la venta artículos del lugar. Muy agradable el constante tintineo de su fuente de los doce caños, en los que nunca falta caudal. También cuenta con bastantes mesones con precios bastante económicos y con el ibérico como referencia. Pero el mejor recuerdo que me trae a mí este pueblo es la castaña. Aparcando el coche y andando por cualquiera de sus caminos, ya sean asfaltados o de tierra, siempre encontrarás castaños con los que llenar una bolsa de este fruto tan otoñal.  Tan sólo hace falta
Paseo por Valdelarco
el tener cuidado a la hora de abrir los erizos que los contienen, y por supuesto, el no perder los riñones con tanto agacharse a cogerlos. También es lugar de setas, pero eso se lo dejo a los más sabidos en el tema. Yo prefiero encontrármelas ya cocinadas, bien en revueltos o bien a la plancha.
Retomamos nuestra N-433 por un momento sólo, para volver a desviarnos tan sólo un instante hacía el pueblo de Valdelarco. Otro puñado de curvas nos llevará a este pueblo apostado en la ladera de una de aquellas montañas. Calles sinuosas, estrechas y en pendiente, que son mejores para caminar que para conducir por ellas, e impresionante su iglesia de El Divino Salvador. También tiene varios caminos por los que andar para coger castañas e incluso para pasar un día de campo.
Galaroza desde la ermita de Santa Brigida
De vuelta entramos en la localidad de Galaroza. Gran pueblo y buenas gentes. En la entrada tenemos el Rincón de Pepe, lugar de venta de jamones, quesos y chacinas con una buena relación calidad-precio. Cuando la queremos visitar, solemos aparcar pasada la Plaza de las Moreras. De allí, ponemos a subir caminando hasta la ermita de Santa Brígida. Hay que coger aire para subir tan alto y con el perfil tan pronunciado que tiene. Precioso el paisaje desde arriba. Muy lejos alcanza la vista y aprecias lo bello de esa sierra de Aracena. Buenas vistas también del pueblo, que parece como si envolviera a este cerro. Después, podemos ir a la Plaza del Carmen. Amplísimo lugar que tiene como ejes la iglesia de Nuestra Señora del Carmen,  patrona de Galaroza,  la fuente de los doce  caños  y  la
Fuente de los Doce Caños de Galaroza
fuente de los jarritos. Una de las fiestas, que más gente atrae, es la que se celebra a primeros de septiembre. Es aconsejable pasarse por aquí, si puede ser con nada que pueda estropearse con el agua. En la fiesta de los Jarritos, suelen ir con cubos para llenarlos de agua en cualquiera de sus fuentes y poner chorreando a todo el que se cruce por su camino. Se llena de gentes los aledaños de la fuente de los doce caños, todos con muchas ganas de fiesta y de mojar al prójimo.
De Castaño del Robledo a Santa Ana la Real
Seguimos por la carretera y nos desviamos por la nacional que lleva a Huelva para coger otra comarcal, acercandonos a Castaño del Robledo. Pueblo pequeño pero con mucho encanto. Si es buen lugar para coger castañas, es mejor para caminar. No sé la cantidad de caminos que nos llevan a pueblos como Galaroza, Fuenteheridos, Santa Ana la Real y Alajar. Es un placer caminar por allí por lo frondoso de sus caminos. De vuelta, pararte a tomar unas tapitas o unas raciones en cualquiera de los sitios que tiene el pueblo. Como novedad, tienen un matadero que te dispensa carne y además pone a tu disposición un servicio de barbacoa, con todos los aperos necesarios, para que te hagas la misma carne que compras. Una maravilla.
Alguna finca cerca de Jabugo
De vuelta, podemos acercarnos a Jabugo, otro pueblo blanco de la sierra, también en una zona alta y muy afamado sobre todo por sus jamones de cerdo ibérico. Particularmente, a la hora de comprar productos ibéricos, suelo hacerlo bien en Galaroza, bien en El Repilado, que es una población dependiente de Jabugo donde se encuentran muchos de los almacenes que no tienen cabida en el pueblo.
Todavía nos queda por disfrutar de esta magnífica sierra, así que pronto la concluiremos con la tercera y última parte.
Sierra de Aracena y Picos de Aroche

Pincha aquí para "Huelva. Sierra de Aracena y Picos de Aroche I. Higuera, Aracena, Linares y unas tostadas."

Pincha aquí para "Huelva. Sierra de Aracena y Picos de Aroche III. Almonaster, Cortegana, Aroche, una fantástica romería y un ponche de melocotón."

2 comentarios:

  1. Hay que ver lo que no se ve y se aprende cuando solo se va, era mi caso de trabajo o a comprar jamones... Muy bueno todo... me refiero a lo narrado no a lo degustado...

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