De Guillermo Rodríguez Bernal

martes, 11 de febrero de 2025

Hinojosa del Duque.

Alcaracejos
Despertar en Alcaracejos
Aquél día del mes de enero, amanecía en Alcaracejos con el frío justo para protegernos manos, garganta y cabeza con guantes, braga y gorro de lana. Lejos del ruidoso tráfico matutino, aquel camino nos acercaba a un crucero de piedra, a la salida del pueblo, a unas naves con vacas impacientes esperando a sus cuidadores para su desayuno y a maquinaria agrícola con sus conductores para dar comienzo a la faena del día. Era nuestra siguiente etapa en el Camino Mozárabe y el día amanecía con un cielo totalmente despejado y un sol desperezándose que lució radiante a lo largo de toda la jornada.

miércoles, 29 de enero de 2025

Alcaracejos.

Empezando a bajar el Calatraveño
Empezando a bajar desde el Calatraveño
Nos dejamos ir en el despertar de aquella fría mañana. Esperamos con un buen desayuno a que rompiera el amanecer para evitar ese frío que provoca la salida del astro rey. A pesar de que la baja temperatura calaba, un pequeño repecho se encargó de mitigar un poco la sensación de frío que parecía querer adueñarse de nosotros. Fue allí, en aquel cruce que desviaba al Puerto del Calatraveño, donde eche la vista a un lado. Posiblemente, quise imaginar los pasos del Marqués de Santillana cuando, partiendo de allí camino de Santa María, se encontrara en un verde prado de rosas y flores a la moza más hermosa: La vaquera de la Finojosa, según me contaba mi amigo Armand de la boca del poeta de Carrión de los Condes. Así afrontábamos la gélida mañana camino de Alcaracejos.

domingo, 26 de enero de 2025

El Alto del Calatraveño.

Villaharta
Salida de Villaharta
Una tapia, con un punto de cruz hecho de hilo azul de pintura acrílica, se despedía de nosotros en una de las últimas casas de Villaharta. Un cielo azul, ese ambiente limpio que deja ver con claridad la lejanía, el frío inesperado que mantenía el termómetro a la verita del cero y algo de esas subidas llevaderas, que parecen asustar y después se quedan en nada, eran el arranque de esta decimo primera etapa desde nuestra salida de la capital malagueña. Con las fuerzas renovadas, la sonrisa en la cara y la ilusión de un nuevo amanecer caminero, dejábamos atrás el pueblo de Villaharta y, justo en frente, se dejaba ver a lo lejos los últimos cerros a vadear de la Sierra Morena andaluza.

viernes, 29 de noviembre de 2024

Santa Lucía de Tirajana, San Bartolomé de Tirajana, el Roque Nublo, Teror y la leyenda de dos Gigantes.

Degollada de las Yeguas
Desde el mirador de la Degollada de las Yeguas
Agarrados a la GC-60 partimos esa mañana en nuestras vacaciones en Gran Canaria. Ruta que prometía, queriendo descubrir todo lo que nos fuera posible del centro de ese círculo casi perfecto que forma esta isla afortunada. Nuestro primer destino es casi su corazón, Tunte. A medida que avanzábamos, dejábamos las famosas dunas de Maspalomas y nos adentrábamos en un desierto de roca gris que nos hacía sentir que estábamos en un planeta distinto. Fue una salida de la carretera, marcada como el Mirador Astronómico de la Degollada de las Yeguas, la que nos hizo tomar conciencia de todo lo que nos rodeaba. Y acabábamos de empezar.

miércoles, 27 de noviembre de 2024

Arucas, el Cenobio de Valerón, Guía, Galdar, una princesa y un rey guanche.

S Juan
San Juan Bautista en Arucas
Decididos a conocer Gran Canaria nos lanzamos a la parte más alejada de donde nos alojábamos. Había que cruzar toda la isla para llegar a la costa norte, cargada de unos atractivos turísticos que estábamos a punto de descubrir. Eran nuestras vacaciones de 2010 y nuestro coche de alquiler tenía gasolina para recorrerla en todos esos puntos que traíamos fijados desde casa. Fue Arucas la elegida para arrancar la ruta del día y no podíamos haber empezado mejor.

lunes, 25 de noviembre de 2024

Las Palmas de Gran Canaria.

Las Palmas de Gran Canaria
Avenida Rafael Cabrera
Repasando la caja de cartón virtual, donde en forma de píxeles guardamos las fotos en estos tiempos modernos, me encuentro un batiburrillo de ellas sin orden ni concierto. Eran nuestras vacaciones de 2010 y cada una de ellas traía recuerdos a color de Las Palmas de Gran Canaria. Aquella máquina de retratar, dejó guardado nuestro paseo por aquella ciudad, al igual que siglos atrás hiciera aquel llamado descubridor, que paraba por allí antes de dar el salto a un nuevo continente al otro lado del mar.

sábado, 26 de octubre de 2024

Villaharta.

Cuartel Cerro Muriano
Brigada X de Guzmán el Bueno
Queriendo amanecer, la luna se nos mostraba brillante y con un halo de nubes alrededor que no se atrevían a ocultarla. El silencio del despertar de aquel sábado lo rompían nuestro bastones al caminar, las conversaciones de camioneros reunidos a la salida de la barriada de Cerro Muriano y una musiquilla lejana de corneta que apenas se percibía y que no escuchaba desde los despertares de hace más de cuarenta años. Melodía que tiene por nombre el de aquella diosa virgen y romana de la caza, protectora de la naturaleza y la Luna y que provenía del famoso cuartel por el que es tan conocida aquella localidad. Mañana un poco fresca que invitaba a caminar, veinte kilómetros delante de nosotros por recorrer y el rocío todavía pegado a esos vehículos militares que veíamos detrás de una valla que lo separaban de aquel carril bici por el que íbamos. En ese momento, únicamente nosotros y los soldados de la policía militar apostados a la entrada del recinto, suponiendo que deseando que terminara de amanecer para el relevo y el descanso.

miércoles, 23 de octubre de 2024

Cerro Muriano

Vientos de Cambio
Vientos de Cambio

Empezaba a despertar la ciudad del Califa en nuestro nuevo caminar de aquella mañana. El amanecer, sin hacer sombras todavía, hacía aligerar el paso a aquellos a los que se les hacía tarde entrar a trabajar y a mirar al cielo a los que simplemente daban un paseo pensando en qué día haría hoy. Se desperezaba Córdoba extendiendo aquellos largos brazos que la cruzaban en nuestro andar por la avenida de la Libertad, a un lado, y a la de Al Nasir al otro. Partíamos de allí para retomar aquel mozárabe olvidado en años y que sirvió para volver a colgarnos una mochila con vieira y cruz de Santiago. Sentíamos de nuevo esa felicidad caminera que hace mantener la sonrisa por duros que sean los pasos a dar.

jueves, 21 de julio de 2022

Santiago por el Sanabrés.

Lestedo
Salida de Lestedo
No cambió la forma de recibirnos la mañana de aquel 24 de junio, con respecto a días anteriores. El cielo ocultado por sus veteranas nubes y las siete y media de la mañana ya desayunados. Pero todo iba a ser distinto aquel día y el pico sacro nos vio partir para lo que sería la última jornada de nuestro caminar a Santiago. Un asfalto que no importaba, ya que no llegaban a 14 los kilómetros de hoy y guardábamos para nosotros lo ya vivido desde que arrancamos en Xunqueira hacía unos días. Hoy se culminaba aquella aventura que empezó en Sevilla hace unos años y nuestro caminar sería de celebración plena de principio a fin.

sábado, 16 de julio de 2022

Lestedo.

Homenaje a José Espiño Matos en Bandeira
En aquel cruce a la salida de Bandeira, nos deseaba buen camino un monolito dedicado a “O cura da Bandeira”, José Espiño Matos. Entre otras cosas se le conoce porque es de los que asegura que Cristobal Colón era pontevedrés. En lo referente al camino, junto a Manuel Raimonez Portela, se encargaron de marcar en mapas y señalizar como camino de Santiago toda aquella zona por la que transitaríamos hoy. Estudioso de la Vía de la Plata, aseguraba su paso a Santiago por aquellas tierras. Su señalización fue con flechas rojas, bastante antes de que se instauraran en los “caminos oficiales” la de color amarillo. Eran las siete y veinte de la mañana, estábamos bien desayunados y el día se presentaba lluvioso.