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Brigada X de Guzmán el Bueno |
Queriendo amanecer, la luna se
nos mostraba brillante y con un halo de nubes alrededor que no se atrevían a
ocultarla. El silencio del despertar de aquel sábado lo rompían nuestro
bastones al caminar, las conversaciones de camioneros reunidos a la salida de
la barriada de Cerro Muriano y una musiquilla lejana de corneta que apenas se
percibía y que no escuchaba desde los despertares de hace más de cuarenta años.
Melodía que tiene por nombre el de aquella diosa virgen y romana de la caza,
protectora de la naturaleza y la Luna y que provenía del famoso cuartel por el
que es tan conocida aquella localidad. Mañana un poco fresca que invitaba a
caminar, veinte kilómetros delante de nosotros por recorrer y el rocío todavía
pegado a esos vehículos militares que veíamos detrás de una valla que lo
separaban de aquel carril bici por el que íbamos. En ese momento, únicamente
nosotros y los soldados de la policía militar apostados a la entrada del
recinto, suponiendo que deseando que terminara de amanecer para el relevo y el
descanso.
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Hacía El Vacar |
Del monótono arcén de la
carretera pasamos al caminar de las calles de Estación de Obejo que, al
terminar, nos brindó ya la posibilidad de poder pisar tierra entre jaras y
encinas. El tranquilo deambular se lo repartían los naturales y extensos
charcos de las lluvias pasadas, que en ocasiones lo ocupaban todo, y los
artificiales y molestos ruidos de varios grupos de motoristas de cross que
utilizaban el camino como distracción mañanera, levantando barro y expulsando
humo delante nuestra. Siempre y en todo momento, sin dejar de ver a unos metros
la N-432a a nuestra derecha. Los subi-bajas continuos los contrarrestaban las
cada vez más abundantes encinas que nos daban el aliento puro necesario para el
esfuerzo que se hacía. En poco tiempo, el sendero se convierte en pista ancha y
ésta en carretera asfaltada con la cercanía de El Vacar, ya a la vista. Una
señal a la entrada nos dice que restaban 969 kilómetros para llegar a Santiago
de Compostela, era el momento de tomar el desayuno con el que cargamos desde
nuestra salida, unas magdalenas caseras y unos batidos de chocolate menos
caseros. El disgusto de ver mi botella medio llena al cerrar mal los nuevos
tapones de ahora y mojar todo lo que tenía en la mochila debajo de ella.
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Charcos |
Tras el sello correspondiente en
el bar de Laura, salir de la localidad pegado a la carretera y con la vista del
castillo califal al fondo. Sobre su cerro se cree que hubo asentamiento romano,
de aquellos que iban y venían de Mérida a Córdoba, después vino la construcción
musulmana, la reconquista cristiana y, por último, su utilización como redil
para ovejas. La evolución de los tiempos, las necesidades coyunturales según qué
épocas o quizás las dos cosas.
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Castillo de El Vacar |
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Bajando a Villaharta |
Quedaba poco para el fin del
caminar de ese día y nuestras flechas amarillas quisieron en un primer momento
que fuéramos pegados a la carretera nacional por otra con menos categoría, esta
vez ocupada por moteros de asfalto haciendo sus rutas. Rápidamente vuelve a
cambiar el paisaje, retorna la espeses de las encinas y la senda coge pendiente
en brusca bajada, acabábamos de coronar la Cuesta de la Matanza. Empezamos el descenso
despacio, como mandan los cánones para evitar sobrecargas en tobillos y
rodillas, apareciéndonos a un lado la vista de la fuente del Cordel, primero, y
la de los Malos Pasos después.
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Entrada de Villaharta |
Fue el momento de abandonar la
nacional dándole la espalda para encaminarnos cuesta arriba hasta el final de
nuestro destino. Antes de llegar, el recuerdo de nuestro amigo Paul Venne al
toparnos con un punto de observación astronómica que tanto le gustan de nuestra
tierra y que nos sirvió de mirador de parte de lo andando en el día de hoy. Quedo
ya terminar de subir hasta alcanzar Villaharta. Al ser sábado todo cerrado a
excepción de los bares del pueblo cordobés repletos de personas aprovechando el
buen tiempo y la compañía de otros en ese día de descanso.
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Punto de Observación astronómica de Villaharta |
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