Lleida.- Lagos en el Val d'Aran.

Parc Nacional d'Aigüestortes e Estanh de Sant Maurici, España

Del Val d’Aran, no sólo me sorprendieron sus pueblos, con esas casas hechas de piedra, madera y pizarra, y esa amplitud en sus calles; sus iglesias, con ese románico tan especial y esos frescos decorando sus bóvedas; sus ríos, bajando con esa fuerza y creando esos torrentes y esas cascadas de las que ya he hablado; sus montañas, que te envuelven y se hacen sentir minúsculo al lado de su grandeza, naturaleza e inmensidad; sus gentes, que dieron lugar a todo lo allí creado, a sus costumbres y tradiciones, sus comidas, sus brazos abiertos con el que no es de allí, su llaneza en el trato; y tantas otras cosas que enamoran de este valle aranés. Tengo que decir que también fueron sus lagos, los que despertaron en mi una gran admiración por su grandeza, su cantidad y por los lugares donde estaban ubicados. Todo un verdadero placer para los sentidos en el denominado Parc Nacional d'Aigüestortes e Estanh de Sant Maurici.

Estanyola de Gerber

El primero que visitamos fue el estanh de Gerber, al que accedes pasando el puerto de la Bonaigua. Ese día nos acompañó un amigo de Les. Aranés de nacimiento, conocía muy bien la zona y su historia. Nada como caminar unos pocos de kilómetros para llegar hasta aquel enorme lago. En el camino nos encontramos con un primer lago, el Estanyola de Gerber.

Estanh Mitja

Pequeño, totalmente rodeado de montaña y en el punto justo para un pequeño descanso rodeado de total tranquilidad. Una maravilla. Después nos encontramos con otro, el estanh Mitjà. Te coge como de paso y es anticipo para el Gerber que se supone a continuación de una tremenda subida por piedras de granito. Fue imposible estar cerca de su orilla y no querer acariciarlo para notar la frialdad de sus aguas. Arriba del todo aparecía el Gerber, combinación de cielo, granito y agua te hacen estar en otro mundo. Era de

Estanh Gerber

agradecer, como nuestro buen amigo explicaba el que hubiese ese torrente de piedras procedente de la montaña. De cómo el agua se metía en las grietas de la roca en verano y al congelarse en invierno hacía saltar el granito por muy grande y pesado que fuera. También nos hablaba de ese intento de repoblar de osos la zona y la ardua tarea y dedicación que supone. Sorprenderte, como se quitó la camiseta y se tiró de cabeza al agua al que le faltarían un par de grados para congelarse. Yo me quedé a verlo y no tuve el valor de imitarlo. Que buen comienzo el de aquella ruta buscando y encontrándote esa maravilla.

Nuestra despedida del gran estanh de Gerber

Cloto de Naut

En Salardù tenemos el desvío a Tredòs, que por una carretera, te lleva al aparcamiento, hasta donde puedes llegar, para caminar por los lacs de Colomers. Allí un transporte público te acerca lo máximo posible a esta otra ruta caminando entre lagos. La desdicha, o quizás la suerte, hizo que al buscar la ruta en la

Lac Mort

subida nos despistáramos y nos desviáramos. Llegamos a un lago precioso, el Cloto de Naut, pero sin indicación alguna. La fortuna hizo que un pescador nos orientara hacía donde teníamos que caminar para tomar las señales, como así hicimos. Recorrido circular de unos cinco kilómetros de continuas subidas y bajadas nos mostraba los diferentes lagos de este circo

Lac Cabidornats

creado por la naturaleza. Veíamos como los de más altura dejaban caer torrentes de agua a los de más abajo creando una red de arroyuelos y cascadas dignos de admiración. Destacar la belleza del emplazamiento del lac Mort, el lac Garguilhs de Jos, el lac Cabidornats, el lac Llong y el principal, mitad lago mitad presa, el lac Major. Buena comida con bocatas de menú al borde del Llong y la suerte de no perdernos en el camino de vuelta.

Lac Major

Cascada en Sant Maurici

Pero sin duda el rey de todos ellos es el Estanh de Sant Maurici, el que da nombre al parque. Tampoco puedes acercarte al lago con vehículo propio, con lo que desde una población cercana te acercan en coches todo terreno que después vuelven a recogerte. Nuevo recorrido circular dando la vuelta completa al lago, que te hace coger gran altura para llegar a un mirador con unas vistas impresionantes. Troncos caídos, espesa vegetación, alguna que otra cascadas, bastantes

Lac Ratera

arroyuelos buscando su salida al lago y alguna que otra laguna paralela. En una de las veces, que parece que te alejas un poco de St Maurici, nos aparece el lago Ratera en un emplace muy especial rodeado de montaña. También la posibilidad de hacer una ruta bastante más larga teniendo refugios donde pernoctar y continuar al día siguiente. Encontrarnos también con mucha vegetación con la endrina como fruto por excelencia. De vuelta en el punto de partida, admirar tanta belleza y el camino recorrido. Un placer para la vista y una carga increíble de sensaciones.

Estanh de Sant Maurici

Y esto es todo lo que puedo contar de aquel paraíso escondido tras aquellas montañas pirenaicas. Bastantes cosas quedaron por ver y por descubrir, con lo que El Deseo de Volver se hace más que patente en nuestro sentimiento, como en el de todo aquel que lo visita por primera vez. Parte de nuestro corazón se quedó en ese valle, así que ojalá volvamos pronto a reencontrarnos con él, con el Val d’Aran.

Montañas en el Val d'Aran

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