De Guillermo Rodríguez Bernal

domingo, 27 de febrero de 2011

Sigüeiro.

Bruma
San Lorenzo en Bruma
La iglesia de San Lorenzo, nos dio la despedida en el despertar de nuestra cuarta jornada, que nos llevaría a Sigüeiro. La noche antes, nos comentó el marido de la hospitalera, que la etapa era completamente llana. Ya teniamos esa información en los apuntes con los que íbamos. Nos describió paso a paso, lo que nos iríamos encontrando en nuestro caminar. Nos habló que era conocida como la etapa de los tres bares. “Tendréis donde desayunar a tres kilómetros, a ocho, y a trece. Después, ya nada hasta Sigüeiro”. A pesar de eso, Pedro ya había previsto unos dulces y unos batidos, por si acaso. Mi ilustre peregrino está en todo, y se fue a buscarlos para los dos. Unos kilómetros en la tarde todavía lluviosa. Para el día de hoy, unos nos hablaban de un total de veintiséis kilómetros, otros de veintiocho y los menos de treinta. “Sobre las dos y media de la tarde, caminando ligerito, estaréis allí”, nos aclaró muy cortésmente nuestro amigo de Bruma.
San Pelayo
San Pelayo en Buscas
Ya amanecido, arrancamos los tres con un cielo totalmente despejado. La lluvia del día anterior, lo había dejado limpio de nubes. Nuestro ágil andar hizo que Mario se quedara atrás a la salida del pueblo. Iba muy cargado de peso y sabía que nuestro ritmo era fuerte. Teníamos conocimiento, por nuestro amigo de Bruma, que el primer establecimiento no abría hasta las nueve, con lo que pasamos de largo y ni siquiera lo vimos. Llegamos a San Paio de Buscas. Su parroquia nos mostraba a su patrón, San Pelayo. Curiosa figura la de este Santo. El fácil caminar nos plantó en poco tiempo en la siguiente localidad con bar. Cerrado. Según nos comentaban en el pueblo, se encontraba así debido a que era domingo y la chica que lo llevaba se acostaría tarde por su diversión del sábado por la noche. Igual suerte corrimos con el último pueblo de la jornada, antes de llegar a Sigüeiro. Los dos que había también cerrados, así que conformarnos con un buen trago de agua y la buena compañía. Por supuesto, con el buen tiempo y ese paraje gallego que nos acercaba cada vez más a Compostela. Alguna foto que nos sacó don Tripodio y que daba pie a que tuviéramos al italiano siempre a la zaga, que nunca hacía las paradas a las que nosotros estábamos acostumbrados a hacer cada dos horas mas o menos.
Camino a Sigüeiro
Los únicos tres peregrinos del Inglés
A la salida de este último pueblo, nos encontramos con señoras que volvían de su paseo matutino. La verdad es que el día estaba precioso y era domingo. Por si acaso, Pedro les preguntó la posibilidad de tomar algo en algún sitio. Ellas nos comentaban lo mismo que sabíamos. Sí queríamos avituallarnos, deberíamos salirnos del Camino unos pocos de kilómetros. Decidimos caminar sin desviarnos. Después de una parada, en un árbol con flecha incluida, y de discutir, amigablemente, sobre que foto sería la mejor, decidimos continuar por una pista de tierra totalmente recta. Seis anodinos kilómetros que me hicieron recordar aquellos cuatro del Camino Sanabrés, para llegar a A Beleda, o aquellas larguísima pista de tierra con destino en Almendralejo o en la Tierra del Cubo del Vino, en la Vía de la Plata. Era la entrada a Sigüeiro. La que llegaba a Sigüeiro eran de continuos y suaves toboganes que no te dejaban ver el final. Ideal para pensar. Fue entonces cuando decidí caminarlos en solitario. Apreté el paso y dejé atrás a Correjaco. Con paso firme, la vista al frente y, en vez de mala leche como dice el dicho aquel, mi pensamiento muy lejos de allí.
Momento de Descanso
Éste fue el lugar elegido para uno de los descansos de la jornada de hoy

Camino de Sigüeiro
Camino de Sigüeiro
El polideportivo, que hacía funciones de albergue, no era atendido hasta las siete de la tarde. Eran aproximadamente la una y media. Los tres, ya agrupados, nos fuimos al centro de la población y nos alojamos en una pensión. Después de la comida y los correspondientes orujos, nuestro paseo por esta localidad moderna con poco que destacar. Eso sí, la merienda en un bar al lado del Concello viendo al Betis. Esta vez, ganó.

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