De Guillermo Rodríguez Bernal

miércoles, 21 de abril de 2010

Hontanas.

Burgos
Saliendo de Burgos
Lo que iba a ser una etapa lluviosa hasta Hornillos del Camino, se ha convertido en otra calurosa que nos ha llevado a Hontanas. Más de treinta kilómetros que dedicamos por su longitud a otro peregrino de Sevilla, Helenio Villadiego. Sabemos que daría lo que fuera por estar aquí. Y que disfruta con nuestro CAMINO como nadie.
Abandonamos la ciudad, que lleva por gloria tener en su catedral cofre y cuerpo del Campeador, para empezar una etapa con mucha amenaza de lluvia. Los dos preparados para el gran chaparrón que quedo en nada, y los avíos fueron sobrando a medida que fue amaneciendo. Un cielo despejado con alguna nube despistada nos acompaño todo nuestro camino. Primera parada en Tardajos para el desayuno. A escasos dos kilómetros una maravilla de pueblo
Hornillos
Hornillos al fondo
para disfrutar, Rabé de las Calzadas. Cruzarla es verse inmerso en siglos pasados. Aquí empezaron las grandes rectas y prados de cereal que tanto gustan a Armand y que hacen las delicias de los que gustan de caminar pensando.
Llegados a Hornillos reponer fuerzas, conversaciones con otros peregrinos y arrancar a caminar. Hasta Hontanas 11 kilómetros con el mismo terreno antes descrito, que desesperan al peregrino con prisas por llegar a su destino. A su llegada, aparece como de la nada después del último repecho. Tendinitis, en algunos, y los dolores en las plantas de los pies, de la mayoría es la tónica de los que aquí estamos. Hontanas, con muchos albergues y que destaca por su iglesia. Un único punto de internet, en el que estoy, por problemas telefónicos. Dudas sobre el destino de mañana al atravesar el pueblo de Castrojeriz, que tanto atrae por su historia y arquitectura. Quizás nos quedemos allí.
Cruz en el Camino
Cruz en el Camino

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