De Guillermo Rodríguez Bernal

domingo, 18 de abril de 2010

Belorado.

Ermita del Puente
Ermita del Puente
Después de varios trenes y un autobús a nuestro punto de partida para este CAMINO 2010, llegamos a Santo Domingo de la Calzada sobre las seis de la tarde. José Manuel y Guillermo iniciamos con la ilusión y ganas de cada año, una nueva andadura en nuestro CAMINO que tan felices nos hace. Como ya nos cantó el gallo cuando llegamos peregrinando el año pasado, nos fuimos directamente al magnífico y cómodo albergue de la cofradía. Antes, a la bajada del autobús, nos recibió a la llegada un señor con bigotes que nos recriminó, muy enfadado, que el camino se hace andando y no en autobús. Después de explicarle que reiniciábamos el camino en ese momento, su aptitud cambió, acompañándonos hasta la misma puerta del albergue deseándonos buen camino a partir de ahora. Buen comienzo, para esta nueva andadura en este año.
Como comentaba, magnífico albergue con hospitaleros canadienses con sonrisa y amabilidad perpetua para el peregrino, pero sin hablar apenas nada en castellano. Qué problemas podemos tener cuando partimos con la ilusión que también describe Armand en una de sus últimas reflexiones que tanto gustan leer. Paseo, la jodida subida a la torre más alta de La Rioja, y a las nueve y media a dormir.
Niebla en el Camino
Niebla camino de Redecilla
Iniciar nuestra etapa hasta Belorado dedicándosela por completa a D. Armand Arbos Sala. Esperamos que su rodilla mejore día a día y que para octubre retome este CAMINO, tan anhelado por él, en este mismo punto donde ahora lo iniciamos. Su espíritu peregrino está con nosotros en esta etapa y nos da fuerzas.
Redecilla del Camino
Redecilla del Camino
Dejamos nuestra habitación, que llevaba el nombre de Grañón, sobre las siete de la mañana. Podíamos decir que íbamos en una nube, por las ganas que teníamos de salir, pero os lo comento en sentido literal de la palabra. La espesa niebla que teniamos en Santo Domingo nos acompañó todo el CAMINO hasta nuestra meta en Belorado. Tras cruzar el río Oja y dejar atrás sus dieciséis arcos, caminamos hasta Grañón. Último pueblo de La Rioja y mítico en este camino francés, por su cura y su hospitalidad hacia los peregrinos. Buen desayuno en la tienda "Alimentación Piedad". De los sitios donde cualquier cosa que necesita el peregrino la tiene sin necesidad de pagar un dineral por una pieza de fruta o un Colacao. Como comento, trato muy agradable y familiar. Hasta el momento nos acompañaban, aparte de la perpetua niebla, cuatro italianos a un paso muy parecido al nuestro. Curioso como, sobre las ocho de la mañana, uno de ellos se desayunaba una San Miguel, con el fresco que corría y disfrutando de su desayuno en una mesa afuera.
Viloria de Rioja
Viloria de Rioja
Al poco tiempo cruzamos la frontera entre La Rioja y Castilla y Leon en dirección a Redecilla del Camino. Primera llamada del día, para desearnos "buen camino" el maestro de maestros en caminos de Santiago, D. Pedro Correjaco. No podía olvidarme de Armand en el sentido de esas grandes rectas limitadas por la niebla que no nos dejaba ver más allá. Espero que cuando él pase, no tenga ese problema y disfrute como él sabe de esta parte del CAMINO.
Señal en Viloria
Señal en Viloria
Primer chasco del CAMINO al intentar ver la pila bautismal de la Iglesia parroquial de Redecilla, y encontrárnosla cerrada. A todo esto un peregrino con rasgos asiaticos hacia fotos sin parar de su portada y del pueblo en general. Al preguntar a alguien del pueblo, nos comenta que suele estar abierta en épocas de verano, abriéndose para misas en invierno. Continuando y adelantando a una americana (al menos ese era el aspecto que tenía) a la que le costaba avanzar. Su sobrepeso no era impedimento para obsequiarnos con un "buen camino". A pesar de su esfuerzo, no podéis imaginaros la felicidad que reflejaba su cara en ese momento.
A partir de aquí, a la niebla la acompañó un chiribiri que nos obligó a colocarnos los avíos de lluvia. Con cabeza baja, seguíamos nuestro CAMINO pegados a la N120 en todo momento. Cinco kilómetros a Belorado marcaba la señal de tráfico cuando en un bar-restaurante de la carretera dimos cuenta de uno de los secretos más guardados por el maestro
Belorado
Azulejos en Belorado
Correjaco para caminar incansablemente sin desfallecimiento. Una pócima que nos desveló en nuestro encuentro en Almadén de la Plata y que hace milagros al peregrino que la toma. Ese "supermán Correjaco" que te comentaba, Armand, tiene truco.
Llegada a Belorado y la niebla empieza a desaparecer. Supongo que para que disfrutemos de este bello pueblo. Continúa la llovizna y esperanza, según el hombre del tiempo, en que mañana estará despejado y disfrutaremos de las llanuras burgalesas en todo su esplendor. Llegaremos a Ages.
Belorado
Plaza Mayor de Belorado

No hay comentarios:

Publicar un comentario