De Guillermo Rodríguez Bernal

sábado, 9 de octubre de 2010

A Gudiña.

Vilavella
Saliendo de A Vilavella
Seguía lloviendo, aunque no con la intensidad del día anterior. Lo primero llenar nuestras botellas con agua de la fuente de “Los lobos”, recomendación de nuestra casera del momento: Conte. El no llegar del resto, la imposibilidad de comunicarnos por falta de cobertura y las tremendas ganas de caminar hicieron que comenzáramos nuestra etapa sobre las siete y media, por la salida de Lubián camino del santuario de la Tuiza y con destino a A Gudiña. “Seguro que nos encontraremos por el Camino”. Como así fue. Pasado el túnel de A Canda, una peregrina finita pero con caminar firme nos adelanta. Debajo de la capucha apretada y las gotas de agua bajándole por la mejilla, se entreveía una cara joven que me hablaba y se presentaba. Era Irene, una de las congregadas en nuestro evento y de las que no conocía personalmente. Después del saludo, continuó su caminar y se perdió en la siguiente curva. No podían tener mejor entrada tres peregrinos en tierras gallegas.
Pedro Correjaco
Pedro, una flecha y muestras de pasos anteriores
Poco más adelante, el desvío de la carretera al Camino para acudir a la cita para desayunar de Vilavella. Una mala indicación y coger el sendero erróneo hizo que durante unos momentos camináramos campo a través sin rumbo establecido. “Tenemos que desandar lo andado”. Fue retomar el Camino y encontrarnos con otro peregrino extraviado. Desde la altura llamábamos a Pedro para que se uniera a los perdidos del Camino. Tuvo que ser Santiago el que provocara que nuestro veterano Correcaminos se perdiera también. Caminar de nuevo juntos, camino de un colacao calentito. Emocionante
A Gudiña
A unos metros del albergue de A Gudiña
encuentro con el resto de compañeros en el bar a la entrada del pueblo. Besos, abrazos y presentación de los nuevos amigos, y el partir todos juntos camino de A Gudiña. Camino sin dificultades desde donde estábamos, que facilitó las conversaciones entre unos y otros. La llegada a nuestra meta del día acompañado por Pedro Correjaco y Ana María Partida, entre risas e historias de Caminos anteriores. Eso sí, antes, el encuentro de nuestro Pedro con unos turistas en furgoneta que se ofrecieron a dar de beber unas cervezas que nuestro amigo no rechazo. Y como recuerdo de Caminos anteriores, la muestra de alguna pegatina puesta tiempos atrás por el marbellí.
Albergue de A Gudiña
Comiendo en A Gudiña
Mis primeras molestias se empezaron a notar al sentir dolor en el aductor de la pierna izquierda. Nunca había tenido ese dolor, que casi me impedía el poder levantar la pierna para subir los escalones que me llevaban al albergue. Allí, ya nos esperaban Armand, Irene y Pedro Expósito, que se estrenaba como peregrino a Santiago. Un poco después, la llegada de Charo Gaspar con Jorge, y Helenio con Raúl. La primera mala noticia era la vuelta a casa de Marisol. Problemas familiares la obligaban a volver desde la estación de tren de la localidad, sin tener oportunidad de despedirnos.
Albergue de A Gudiña
No hay descanso para ellos
Nos sorprendieron con un magnifico arroz con pollo digno de los antiguos marqueses, condes y señores que hacían esos mismos caminos siglos atrás. Sin faltar el buen vino, tanto embotellado como en la bota que traía nuestro Armand. Tarde apacible en el bar “O Peregrino” donde el orujo blanco y la crema, junto con una tarta de Santiago convidada por Correjaco, hicieron una velada para recordar. Mientras, nuestros jóvenes peregrinos, Jorge y Raúl, ya habían ideado la forma de entretenerse de la manera que solo los niños saben. Con unas colchonetas sobres las escaleras, que unían las dos plantas del albergue, idearon un tobogán que hicieron las delicias de ellos y alguna que otra peregrina que se aventuro a tirarse por ella. Nunca un albergue había tenido tanta vida. Después de las compras para el día siguiente y la cena me fui a dormir. Un miolastán para el aductor y la melodía de un ángel que cantaba con aires gallegos justo debajo mío, hicieron que me durmiera apaciblemente.
A Gudiña
Pedro con Filandera y Charo conmigo. Lazos de amistad verdadera

3 comentarios:

  1. Es grato volver a ver estos recuerdos al tiempo que justamente se recuerdan se piensa que el tiempo pasado nunca volverá...Abrazos Willy...

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  2. Es grato volver a ver estos recuerdos al tiempo que justamente se recuerdan se piensa que el tiempo pasado nunca volverá...Abrazos Willy...

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  3. Pero estos recuerdos, mi querido Pedro, son los que van llenando el corazón de magia y cariño...���� Hacía mucho tiempo que no leía sobre éste nuestro Camino, que especial fue y cuanto tengo que agradeceros, queridos amigos...

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