De Guillermo Rodríguez Bernal

viernes, 14 de abril de 2017

Liverpool.- El inicio de una aventura antes soñada.

Manchester
Esperando el tren a Liverpool en la estación del aeropuerto de Manchester
Allí estábamos aquel viernes 10 de octubre de 2003. Daniel, Paco, José Manuel y yo dejábamos atrás los andenes de Lime Street, atravesábamos la puerta que daba a la calle y nos quedábamos inmóviles contemplando aquella parte de la ciudad desde las escalinatas de la estación. Callados, uno al lado del otro, se nos abría la ciudad de Liverpool y una imagen gigantesca del Paul de finales de los sesenta, sobre la fachada de unos edificios, nos daba la bienvenida y nos invitaba a descubrirla.
“José Manuel, anoche soñé que nos fuimos de viaje a Liverpool”, le comenté a mi amigo en el cumpleaños de su hijo Pablo. “Porqué no lo planteamos y nos vamos”. Daniel que andaba por allí se acerca para preguntar que estábamos cuchicheando. “Me apunto”, contestó sin pensárselo. “Yo voy también”, dijo Paco pendiente de la conversación. Aquella semilla quedó plantada ese 23 de junio y la ilusión y el entusiasmo hicieron el resto.
Se fijó la fecha del puente del Pilar y ese verano lo pasamos sacando información de lugares, calles y cualquier punto de interés, con el fin de hacer el viaje lo más completo posible y que no se quedara nada atrás. Lo importante era tener un mapa para localizar los sitios. Correos electrónicos al
Tren a Liverpool
Tren a la estación de Lime Street en Liverpool
ayuntamiento y a la oficina de turismo de Liverpool sin respuesta alguna. Mientras, por la web de multimap, el google maps de entonces pero mucho más sencillo, daba pantallazos en el ordenador de aquella ciudad que luego imprimía hasta que me hice de un plano de Liverpool totalmente detallado. Con José Manuel, buscábamos los puntos a visitar marcándolos y numerándolos, el mapa era de más de un metro cuadrado y costaba encontrar los sitios.
Nuestra primera reunión fue el 14 de agosto en Dos Hermanas. Con unas cervezas fijamos las fechas exactas con todo lo trabajado entonces. Ya me había preocupado de buscar vuelos por internet haciendo multitud de combinaciones posibles, con el fin de llegar pronto y al mejor precio. La vía de Sevilla a Barcelona y de allí a Manchester era la más económica y rápida. Con el precio de la web de Iberia nos fuimos aquel día a la agencia de viajes. Sin decir nada el señor sacaba vuelos a unos precios desorbitados y con bastantes escalas. “A Liverpool no viaja nadie”, nos decía aquel señor. Le sugerí la combinación que teníamos bajo la manga y salió el mismo precio que habíamos visto. Reservado. “Lo que no tenemos son hoteles, eso es muy complicado”, nos decía mientras abría y cerraba cajones que tenía en la agencia, tratando de localizar algún lugar donde poder alojarnos. La idea era plantarnos allí a lo que surgiera, ya encontraríamos algo. Fue Daniel el que llama y me dice que debajo de su lugar de trabajo había una agencia que tenía un hotel. Era el Thistle Liverpool. Reservado.
Mathew Street
En Mathew Street con Lennon
Muy de mañana me recogía mi antiguo cuñado Javier, pasábamos por José Manuel y Paco, que durmieron aquella noche con su madre en Coca de la Piñera, y partimos dirección aeropuerto de Sevilla. En la maleta todo lo necesario, incluyendo un trípode muy sencillo que me dejó prestado mi cuñado Antonio y que a la postre dio mucho juego durante todo el viaje. Nervios al pasarnos la salida al aeropuerto y perdernos por las entonces solitarias y oscuras calles de la Expo, pero llegamos a tiempo. Allí estaba Daniel esperando. Ya, a la salida del aeropuerto de Manchester, no se encontraba el acceso a la línea de tren que nos llevara a Liverpool. Recuerdo preguntar a alguien que nos indicó por donde tirar en plena calle. “Os habéis enterado de algo”. “De nada, sólo he seguido con el dedo donde iba apuntando y sé por dónde es”, les comenté a mis amigos. Dicho y hecho. El tren salía antes de lo previsto y allí estábamos nosotros.
Todavía no era la una de la tarde cuando bajamos las escaleras de la estación y echamos mano de esos mapas que hicimos en Sevilla. Al llegar al hotel problemas con la reserva, aunque nuestro mayor problema fue entendernos y hacernos entender con el recepcionista. Solucionado, dejamos las maletas en la habitación y nos fuimos a comer. La ilusión de comenzar a descubrir nos llevó a la calle Beatles por excelencia. En Mattew Street comimos en
Albert Dock
Albert Dock
Pisccino’s Receipt. Creo que fueron unos desayunos que, con lo contundentes que eran, sirvieron de comida. La diferencia fue que en lugar de café pedimos unas Stellas Artois. Todo por 52,90 libras, bien para cuatro hambrientos y tratándose de precios en Gran Bretaña. Al salir acercarnos al puerto, reconocer algunos de aquellos edificios que veíamos en reportajes y hacernos unas fotos con un antiguo batiscafo pintando de amarillo y que estaba en una especie de rotonda. Por algún lado ponía que en su día se dedicaría a la limpieza del puerto y ahora, jubilado y rehabilitado, servía de reclamo para los pocos turistas que por allí andábamos.
Quedaba volver para una ducha y salir a cenar. En Casa Italia repetimos alguna que otra vez por la variedad de pizzas y comida italiana que tenía su carta. En la calle, tomarnos algunas cervezas con grupos de música en cada local, se notaba que a medida que pasaba la noche iba creciendo el ambiente por aquella zona, pero nosotros teníamos que descansar. El día siguiente nos esperaba y sería nuestro primer encuentro con lo preparado. Todo empezó de maravilla.

Pincha aquí para "Liverpool.- Barrio de Woolton, Allerton, Penny Lane, el Club Casbah y algunas cervezas (1ª parte)."

"Pincha aquí para "Liverpool.- Barrio de Woolton, Allerton, Penny Lane, el Club Casbah y algunas cervezas (2ª parte).

Pincha aquí para "Liverpool. Albert Dock, The Beatles Story, el Jacaranda y Mattew Street (1ª Parte)."

Pincha aquí para "Liverpool. Albert Dock, The Beatles Story, el Jacaranda y Mattew Street (2ª Parte)."



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