De Guillermo Rodríguez Bernal

viernes, 1 de abril de 2011

Astorga (Por el Francés).

Villares de Órbigo
Villares de Órbigo
Mas temprano que en días anteriores nos levantamos esta mañana, en la que daríamos fin a nuestro caminar con la llegada a la Asturica Augusta de los romanos. Serían sobre las siete y cuarto de la mañana cuando cerramos la puerta de tan peregrino albergue en Hospital de Órbigo. A la salida del pueblo la doble posibilidad, como en jornadas anteriores, de tirar por los pueblos o seguir el andadero de la N120. Decidimos olvidarnos los tramos monótonos y ruidosos de la nacional, y tirar dirección Villares de Órbigo, nuestro primer pueblo de la jornada. No pudimos hacer nada mejor, mirando atrás y pensando que seguramente las alternativas anteriores también hubieran sido la mejor opción.
Santibañez
Llegando a Santibañez de la Iglesia
Ahí estábamos, en ese precioso pueblo y caminando de nuevo por caminos. Al poco tiempo otro precioso pueblo nos daba la bienvenida: Santibáñez de la Iglesia, y tras él atravesar un precioso bosque de encinas. Continuos toboganes y fuertes bajadas, en algunas ocasiones. Llego el momento de nuestro desayuno y fue en una cruz que se encontraba acompañada por figuras un tanto extrañas, destacando entre ellas la de un espantapájaros un poco especial.
Santo Toribio
Crucero de Santo Toribio
Al poco tiempo, y gracias a un buen ritmo con el que caminábamos, el crucero de Santo Toribio, que nos mostraba desde la gran altura en la que estaba situado, la ciudad de Astorga. Cruzar el pueblo de San Justo acompañado, esta vez y no como en días anteriores, de numerosos peregrinos. Llegada la a ciudad y finalizar nuestro trozo de francés de este año.
Poco antes de marcharnos, y de haber dado cuenta de un buen cocido maragato en el restaurante "Las Termas", pasarnos a comprar detalles para la familia en una tiendecita de paso hacía la catedral. Su dueño, Pedro J. Lorente, buen peregrino y perteneciente a la asociación de amigos del camino de Astorga. Buen rato de conversación de este hombre que además escribía, obsequiándonos con un folleto impreso de su arte. Después del oportuno permiso, que concedió sin ningún problema, os paso a redactar tan bello texto:
¿Cual es el espíritu del Camino?
El mío es:
Todos somos hijos de la naturaleza
y por tanto, parte de ella.
Ella nos quiere. ¿Nosotros a ella?
Pensar siempre con humildad,
sobre todo cuando se piensa,
y habla de los demás.
Compartir pensamiento y pan.
Dar sin esperar nada a cambio. Dar una
parte de sí mismo. Quien más da más recibe.
Somos un grano que hace granero.
Enormemente pequeños pero formamos
parte de él. "Todos somos alguien".
Sentir la libertad de ser uno mismo.
A veces no es más importante lo que
aprendemos de nuevo sino descubrir lo
que no necesitamos.
Quien cree que lo sabe todo, además de estar
en un error, se convierte en un viejo aburrido
sin importar la edad. Quien tiene la capacidad
de aprender y de sorprenderse es y será
siempre joven aunque tenga cien años.
VEN AL CAMINO ¡¡TE SORPRENDERÁS!!
Astorga
El garbanzo y Astorga

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