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Desde el mirador de la Degollada de las Yeguas |
Agarrados a la GC-60 partimos esa
mañana en nuestras vacaciones en Gran Canaria. Ruta que prometía, queriendo
descubrir todo lo que nos fuera posible del centro de ese círculo casi perfecto
que forma esta isla afortunada. Nuestro primer destino es casi su corazón, Tunte.
A medida que avanzábamos, dejábamos las famosas dunas de Maspalomas y nos
adentrábamos en un desierto de roca gris que nos hacía sentir que estábamos en
un planeta distinto. Fue una salida de la carretera, marcada como el Mirador
Astronómico de la Degollada de las Yeguas, la que nos hizo tomar conciencia de
todo lo que nos rodeaba. Y acabábamos de empezar.
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Lucía de Suecia y Santa Lucí de Tirajana |
Al llegar a Tunte, desviarnos un
momento allí mismo dirección este para acercarnos a Santa Lucía de Tirajana. Visita
rápida a su iglesia, pequeña pero luminosa y coqueta. Quedarnos con una escultura a sus pies
que nos llamó la atención. Con ella una placa en la que rezaba “Esta imagen
representa a la Lucia de Suecia símbolo de la luz en el oscuro invierno, es
nuestro homenaje y deseo de que los suecos en este municipio de Santa
Lucía, se sientan acogidos y guiados por
la luz de la razón y el calor que significa compartir una figura ancestral. S.
Lucía 13. 12.2006. Kerto F. G. “.
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Cementerio, Santiago el Chico y Tunte en San Bartolomé de Tirajana |
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Santiago el Grande en Tunte |
De vuelta a Tunte, retomamos
nuestra ruta dejada. Aparcamos lejos, cerca del cementerio de lo que es el
municipio más grande de Gran Canaria, San Bartolomé de Tirajana. Creo que fue
porque llevábamos anotada la referencia de verlo. Estaba cerrado y nos
conformamos con su puerta de entrada. Luego caminar hasta el centro. Al igual
que la de Gáldar, la iglesia de San Bartolomé también tenía Puerta Santa y
también la teníamos abierta, al tratarse el 2010 de año jubilar. Antes de
entrar, una placa en la puerta nos dice “Un hilo de plata señala el camino
Jacobeo en Gran Canaria. Tunte – Gáldar”. En el interior destacaban dos
figuras. Por un lado la de Santiago el Grande, matamoros pero con una cruz en
lugar de espada, y por el otro la de Santiago el Chico, matamoros menos vistoso
pero con su espada alzada. En el ayuntamiento, la espera innecesaria para
conseguir algo de información de ese camino de Santiago por tierras canarias.
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El Fraile y el Roque Nublo |
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Desde el Roque Nublo |
Era temprano, tocaba continuar y
en esta ocasión caminando. En el arcén de aquella carretera dejamos el coche de
alquiler y empezamos aquella caminata que nos llevaba al Roque Nublo. Estrecha
y con pendiente, había que ir llegando a hitos hasta alcanzar la meta arriba
del todo. Un reloj solar, un fraile, una cueva y, tras una explanada que aliviaba
el continuo subir, la llegada al Roque. Aquellas dos piedras están enclavadas
casi en el centro de una isla en forma de cono, lo que hacía que las vistas,
desde su costado, te hicieran sentir en el cielo sin nada sobre tu cabeza.
Entre ellas dos, las vistas de otro caminante sobre una roca. Sobrecogía la
imagen de aquel hombre con la isla a sus pies. Decidir dar la vuelta y tratar
de ocupar su lugar pero mi sentido del vértigo me paraba las ansias de sentirme
pájaro en aquel paraje. Visto aquello, la vuelta más sencilla, todo cuesta
abajo hasta volver al coche y buscar un sitio para comer.
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Nuestra Señora del Pino en Teror |
Una ensalada con dátiles, papas
con mojo y una buena cazuela de ropa vieja repuso todas las energías perdidas
con la subida de un rato antes. El fin de la ruta de hoy empezaba haciendo una
visita a la Virgen del Pino, patrona de la diócesis de Canarias. Amplío el
emplazamiento de la basílica del Pino, amplio el interior y amplia la plaza del
Pino justo a sus puertas. Espacio que magnifica más si cabe aún aquel lugar. Desde
esa misma plaza, admirar la Torre Amarilla. Cuentan que, el pino donde
encontraron a la Virgen, se encontraba en ese lugar. Hacía las veces de
campanario, con sus campanas colgadas de las ramas más gruesas y su ermita se
encontraba justo al lado. Al caer el pino, construyeron esa torre. Con el tiempo
y la fama, la ermita fue reconstruida con una iglesia un poco mayor y, después,
con la basílica actual dejando la torre adosada.
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Calle Real de la Plaza en Teror |
Con pocas fuerzas ya de todo lo
visto hasta ahora, nos quedamos dando un relajado paseo por la calle Real de la
Plaza. Volvimos a las calles peatonales anchas, a edificios de colores, a
balcones perfectamente adornados y al sentirnos canarios rodeado de ellos y absorbiendo
para nosotros esa tranquilidad de espíritu de desprenden al tenerlos cerca. De esta
villa, me quedo con lo vivido, lo comido y con las palabras de mi admirado don
Miguel de Unamuno que dijo de ella en su libro “Por tierras de Portugal y de
España”: “Teror, la villa recogida y plácida, que sueña entre sus montañas”.
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De vuelta al hotel |
Para finalizar, como leyenda de
la zona recorrida en este post, cuentan que el gigante Jana mató al gigante
Tira con una piedra. Cuando Jana se dio cuenta de lo que hizo, se le escapó el
alma por la boca, quedando muertos uno junto al otro. Allí mismo fueron
enterrados en la llamada Sepultura del Gigante. Y yo, nombrado por algunos
buenos amigos, el Gigante de una localidad orensana, termino aquí mis vivencias
en la gran isla de Gran Canaria que tan felices nos hizo en aquel verano de
2010 y que siempre recordaremos.
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