De Guillermo Rodríguez Bernal

viernes, 29 de noviembre de 2024

Santa Lucía de Tirajana, San Bartolomé de Tirajana, el Roque Nublo, Teror y la leyenda de dos Gigantes.

Degollada de las Yeguas
Desde el mirador de la Degollada de las Yeguas
Agarrados a la GC-60 partimos esa mañana en nuestras vacaciones en Gran Canaria. Ruta que prometía, queriendo descubrir todo lo que nos fuera posible del centro de ese círculo casi perfecto que forma esta isla afortunada. Nuestro primer destino es casi su corazón, Tunte. A medida que avanzábamos, dejábamos las famosas dunas de Maspalomas y nos adentrábamos en un desierto de roca gris que nos hacía sentir que estábamos en un planeta distinto. Fue una salida de la carretera, marcada como el Mirador Astronómico de la Degollada de las Yeguas, la que nos hizo tomar conciencia de todo lo que nos rodeaba. Y acabábamos de empezar.

Sta Lucía de Tirajana
Lucía de Suecia y Santa Lucí de Tirajana
Al llegar a Tunte, desviarnos un momento allí mismo dirección este para acercarnos a Santa Lucía de Tirajana. Visita rápida a su iglesia, pequeña pero luminosa y coqueta. Quedarnos con una escultura a sus pies que nos llamó la atención. Con ella una placa en la que rezaba “Esta imagen representa a la Lucia de Suecia símbolo de la luz en el oscuro invierno, es nuestro homenaje y deseo de que los suecos en este municipio de Santa Lucía,  se sientan acogidos y guiados por la luz de la razón y el calor que significa compartir una figura ancestral. S. Lucía 13. 12.2006. Kerto F. G. “.

Tunte
Cementerio, Santiago el Chico y Tunte en San Bartolomé de Tirajana

Santiago el Grande
Santiago el Grande en Tunte
De vuelta a Tunte, retomamos nuestra ruta dejada. Aparcamos lejos, cerca del cementerio de lo que es el municipio más grande de Gran Canaria, San Bartolomé de Tirajana. Creo que fue porque llevábamos anotada la referencia de verlo. Estaba cerrado y nos conformamos con su puerta de entrada. Luego caminar hasta el centro. Al igual que la de Gáldar, la iglesia de San Bartolomé también tenía Puerta Santa y también la teníamos abierta, al tratarse el 2010 de año jubilar. Antes de entrar, una placa en la puerta nos dice “Un hilo de plata señala el camino Jacobeo en Gran Canaria. Tunte – Gáldar”. En el interior destacaban dos figuras. Por un lado la de Santiago el Grande, matamoros pero con una cruz en lugar de espada, y por el otro la de Santiago el Chico, matamoros menos vistoso pero con su espada alzada. En el ayuntamiento, la espera innecesaria para conseguir algo de información de ese camino de Santiago por tierras canarias.
Roque Nublo
El Fraile y el Roque Nublo

Desde el Roque Nublo
Desde el Roque Nublo
Era temprano, tocaba continuar y en esta ocasión caminando. En el arcén de aquella carretera dejamos el coche de alquiler y empezamos aquella caminata que nos llevaba al Roque Nublo. Estrecha y con pendiente, había que ir llegando a hitos hasta alcanzar la meta arriba del todo. Un reloj solar, un fraile, una cueva y, tras una explanada que aliviaba el continuo subir, la llegada al Roque. Aquellas dos piedras están enclavadas casi en el centro de una isla en forma de cono, lo que hacía que las vistas, desde su costado, te hicieran sentir en el cielo sin nada sobre tu cabeza. Entre ellas dos, las vistas de otro caminante sobre una roca. Sobrecogía la imagen de aquel hombre con la isla a sus pies. Decidir dar la vuelta y tratar de ocupar su lugar pero mi sentido del vértigo me paraba las ansias de sentirme pájaro en aquel paraje. Visto aquello, la vuelta más sencilla, todo cuesta abajo hasta volver al coche y buscar un sitio para comer.

Virgen del Pino
Nuestra Señora del Pino en Teror
Una ensalada con dátiles, papas con mojo y una buena cazuela de ropa vieja repuso todas las energías perdidas con la subida de un rato antes. El fin de la ruta de hoy empezaba haciendo una visita a la Virgen del Pino, patrona de la diócesis de Canarias. Amplío el emplazamiento de la basílica del Pino, amplio el interior y amplia la plaza del Pino justo a sus puertas. Espacio que magnifica más si cabe aún aquel lugar. Desde esa misma plaza, admirar la Torre Amarilla. Cuentan que, el pino donde encontraron a la Virgen, se encontraba en ese lugar. Hacía las veces de campanario, con sus campanas colgadas de las ramas más gruesas y su ermita se encontraba justo al lado. Al caer el pino, construyeron esa torre. Con el tiempo y la fama, la ermita fue reconstruida con una iglesia un poco mayor y, después, con la basílica actual dejando la torre adosada.

Teror
Calle Real de la Plaza en Teror
Con pocas fuerzas ya de todo lo visto hasta ahora, nos quedamos dando un relajado paseo por la calle Real de la Plaza. Volvimos a las calles peatonales anchas, a edificios de colores, a balcones perfectamente adornados y al sentirnos canarios rodeado de ellos y absorbiendo para nosotros esa tranquilidad de espíritu de desprenden al tenerlos cerca. De esta villa, me quedo con lo vivido, lo comido y con las palabras de mi admirado don Miguel de Unamuno que dijo de ella en su libro “Por tierras de Portugal y de España”: “Teror, la villa recogida y plácida, que sueña entre sus montañas”.

De vuelta
De vuelta al hotel
Para finalizar, como leyenda de la zona recorrida en este post, cuentan que el gigante Jana mató al gigante Tira con una piedra. Cuando Jana se dio cuenta de lo que hizo, se le escapó el alma por la boca, quedando muertos uno junto al otro. Allí mismo fueron enterrados en la llamada Sepultura del Gigante. Y yo, nombrado por algunos buenos amigos, el Gigante de una localidad orensana, termino aquí mis vivencias en la gran isla de Gran Canaria que tan felices nos hizo en aquel verano de 2010 y que siempre recordaremos.

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