El gran Esla |
El Esla en Mansilla las Mulas |
Al poco
tiempo, a mi derecha, veo acercarse otro río.
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Hola, ¿quién eres?
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Soy el Porma y vengo de la sierra de Mongayo. Traigo mis aguas y mis historias
para hacer más grande al gran Esla.
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¿Viste a peregrinos caminando a Santiago?
El Porma en Puente Vilarente |
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No sólo eso, sino que fui testigo de una bonita historia de amor al paso de
Puente Villarente y su puente de veinte arcos. Un peregrino, llamado Pedro,
llegó muy enfermo de tabardillo, aparte del cansancio y las fatigas pasadas.
Isabel, hija de labradores de Sahagún, lo atendió con mil cuidados hasta su
sanación en el antiguo hospital cerca del puente. A orillas de mis aguas se
juraron amor, pero él tenía que cumplir con su peregrinación. Debajo de uno de
los arcos, en una piedra, Isabel grabo el contorno de sus manos y una cruz con
una navaja. Le pidió que a la vuelta posara allí su mano y gritara su nombre.
Pedro volvió un día antes de la cita, pero las continuas lluvias hicieron que
yo fuera totalmente desbordado. Por más que lo intentó, la violencia de mis
aguas hacía que no lograra llegar al sitio. Desfallecido, buscó cobijo y esperó
al día siguiente, rezando al apóstol para que le ayudara en tan difícil
empresa. Amanecido, mis aguas arrastraban gran cantidad de piedra y tierra que
formaron una represa, dejando libre la roca deseada. Pedro se acercó, posó su
mano, gritó su nombre e Isabel apareció. Juntos para siempre.
Terminaba
el Porma su historia, cuando un nuevo río aparecía por mi derecha, justo detrás
del pueblo de Villaroañe, por el que pasaba en ese momento.
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Hola, ¿quién eres?
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Soy el Bernesga y vengo un poco más arriba del Puerto de Pajares. Traigo mis
aguas y mis historias para hacer más grande al gran Esla.
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¿Viste a peregrinos caminando a Santiago?
Paseo Papalaguinda en León |
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Muchos vimos yo y mi afluente el Torio cuando atravesamos la ciudad de León.
Empecé a disfrutar de ellos cuando pasaban el Puente de Piedra pegado al Hostal
de San Marcos. Tenían cara de asombro al contemplar el bello plateresco de su
fachada. Iba muy rápido, con continuos saltos en mis aguas. Los peregrinos
paseaban, más que caminaban, justo a mi lado y en sentido contrario, por ese
magnifico paseo de Papalaguinda. Escuchaba las aventuras vividas, la ilusión de
las que quedaban por llegar y su deseo de acabar en Santiago sin problemas.
Charlas y risas que apagaban el sonar de mis aguas. Llego un momento que dejé
de verlos, justo a la altura del coso leones y ya no supe mas de ellos.
El Bernesga en León |
- Hola, ¿quién
eres?
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Soy el Cea y vengo de las Peñas Prietas, del manantial de la Fuente del Pescado. Traigo
mis aguas y mis historias para hacer más grande al gran Esla.
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¿Viste a peregrinos caminando a Santiago?
Iglesia de San Tirso en Sahagún |
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Claro que los vi. Me atravesaban por el puente Canto, a mi paso por Sahagún. Otros
lo llaman Puente de Piedra o Puente Mayor. Se suelen sentar cerca de mí, a los
pies de un crucero que hace poco colocaron. Es el mejor sitio para contemplar
ese puente de origen romano, al que mis aguas vieron como poco a poco lo
transformaban, a lo largo de los siglos, haciendo de él lo que es ahora.
Fascinados hablan de Sahagún, cuentan la belleza de su iglesia de San Tirso,
con ese cabecero mudéjar único por estas tierras, de sus calles, sus gentes y
de lo pictórico del arco de San Benito.
Puente Canto del Cea en Sahagún |
El Esla cerca de Villanueva de Azoague |
Todavía
se escuchaban sus pasos, cuando por la derecha aparece otro nuevo río.
- Hola, ¿quién eres?
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Soy el Órbigo y vengo de Santiago del Molinillo. Traigo mis aguas y mis historias
para hacer más grande al gran Esla.
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