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Saliendo de Mombuey |
Eran las seis de la mañana, cuando dejamos atrás la torre
románica de la Iglesia
de Sta. María, aquella misma que nos dio la bienvenida a nuestra llegada
semanas atras, en el solitario pueblo de Mombuey. A pesar de los 40 grados que
sufríamos en Sevilla, metí una camiseta de manga larga que ayudo a combatir el
fresco mañanero que erizaba el vello de los brazos. Minutos antes dimos cuenta,
Helenio y yo, de unas magdalenas y batidos con el que arrancaríamos nuestra
jornada.
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Iglesia de la Transfiguración |
Paso ligero y la sonrisa que se nos ve cuando reiniciamos el Camino
que antes habíamos dejado, y que no cortó el primer desvío de las obras del AVE
cerca de Valdemerilla. Junto a los robles, nos acompañaban, conejos, ciervos y
corzos muy activos y a la vista, en las primeras horas de la mañana. Poco
después, la apacible localidad de Cernadilla y San Salvador de Palazuelo. Con
las fuerzas intactas, subimos al campanario de su iglesia de la Transfiguración. De
aquí a Entrepeñas, y después a Asturianos. Antes de llegar, los encariñados
mejicanos metálicos de jornadas anteriores, nos hablaban
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Recuerdos de Marbella |
de un buen amigo. En
una de sus bases una pegatina con el logo “Marbella, un estilo de vivir”, nos
delataba el paso de nuestro Correcaminos por estas tierras. De una forma u
otra, Pedro estaba con nosotros y formaba parte del Camino.
A la salida del
pueblo, precioso sendero, escasamente señalizado, y abundante número de
mariposas de colores que parecían juguetear con nuestro bastón a cada paso que
dábamos. Primer despiste y perdimos toda señal de indicación y de sendero.
Sabíamos que estábamos entre el Camino y la carretera, y que tarde o temprano
acabarían uniéndose,
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Triufé |
como así ocurrió. En Palacios de Sanabria el calor ya
apretaba y no corría nada de aire. Última parada en la acogedora iglesia de
Santo Tomás en Otero de Sanabria, para llegar a Puebla de Sanabria, en un día
muy caluroso.
En su albergue, una señora mayor y un ciclista de aspectos
nórdicos. Para almorzar una buena trucha con una cerveza helada. Magnifica
tarde de paseo por esta monumental y bella población. En la iglesia dedicada a
su patrona, la Virgen
del Azogue, y con motivo del año Jacobeo, nos regalan unas letras de un
paisano: Manuel Machado.
Peregrino, peregrino,
Que no sabes el
camino,
¿Dónde vas?
“Soy peregrino de hoy,
No me importa dónde
voy.
¿Mañana?...
Nunca, quizás”
Admirable peregrino,
Todos siguen tu
camino.
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Puebla de Sanabria |
Ahora ya me se el truco de buscar por fechas ... Ya no me dejo nada ... Gran pluma la tuya, de escribir, como me tienes acostumbrado ... Abrazos Guillermo y no pares...
ResponderEliminarGracias Pedro.
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