Levantando al caballo en las fiestas de Menorca |
Aquellos recuerdos de lugares donde estuve, redactados con el deseo de algún día volver.
De Guillermo Rodríguez Bernal
domingo, 31 de mayo de 2020
Las ciudades de Mahón y Ciutadella.
domingo, 17 de mayo de 2020
Cantabria. Cabezón de la Sal, Ruente, Barcenillas, Carmona, Barcena Mayor y el bueno de David.
De merienda en Santillana del Mar |
sábado, 9 de mayo de 2020
La Palma. Marcos y Cordero, miradores, piscinas naturales, San Andrés y el Principe Alberto.
Ruta de los Nacientes de Marcos y Cordero |
Lo complicado pasados los túneles |
Camino para recordar. Aquel lado
este de la isla era lo más selvático de toda ella. La altura hacía estancar las
nubes y que el agua no faltara nunca en aquella vertiente. De hecho, fue la
protagonista durante el tiempo que estuvimos caminando. Por un lado, atravesar
sus 13 túneles, aunque recuerdo que conté 14, que en su día fueron de servicio
y que siguen ayudando a la canalización de toda el agua recogida en aquella
ladera al servicio de la isla. Túneles
que obligaban a llevar algo de
protección en la cabeza por las continuas “calabazadas” que nos dábamos sin
querer. Por el otro, el verdor que todo lo inundaba en aquellas zonas altas por
la que caminábamos. Solitario camino al principio hasta bastantes kilómetros
después en que llegábamos al mirador del Espigón Atravesado, donde empezábamos
a encontrarnos con los que subían provenientes del Centro de Visitantes. Una
vez abajo, acercarnos a una de las cascadas más altas y bellas de toda la isla
y probablemente del resto de las Canarias: La cascada de los Tilos. Todo un
vergel de una zona declarada Reserva Mundial de la Biosfera y Patrimonio de la
Unesco.
Mirador del Espigón Atravesado |
domingo, 3 de mayo de 2020
La Palma.- Tijarafe, Garafia, la Zarcilla, el Roque de los Muchachos y unos chicharrones con gofio.
Valle de Aridane desde el Mirador de El Time |
Fue Tijarafe el primer pueblo en
el que nos vimos en la obligación de parar. Su calle de la Luz la que nos dio
la bienvenida, enseñándonos esas casas bajas de colores
salvando la pendiente y
que son enseña de la isla de la Palma. La encalada iglesia de Ntra. Sra. de la
Candelaria en todo el centro de la localidad, dejando mostrar la roca volcánica
de la que está hecha y con un enorme árbol a su entrada con esa energía
inagotable para aquellos de los que gusta abrazarlos. Y el silencio y la
tranquilidad que se respiraba caminando por este pueblo platanero y que daba continuidad
a nuestras visitas del día. Seguimos rumbo norte, con la calle del Adiós
susurrándonos que volviéramos pronto.
Casa adosada a la Iglesia de la Candelaria en Tijarafe |
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