Arco de Bará |
Conduciendo pegado a la costa
catalana, nos topamos con un arco romano. Es un arco de triunfo el de Bará y fue
el preludio a una mañana intensa de visitas, por una de las ciudades españolas
donde más se acentúa la presencia del imperio romano en la península. Desde ese
momento quise transitar por la vía Augusta antes que por la N-340. Y es que a
falta de seis kilómetros para llegar a Tarragona, no sé cuantos pasos romanos
serían, volvemos a tener muestras de Roma en un antiguo monumento funerario. A
pie de carretera se yerguen lo que queda de la torre de los Escipiones, de los
pocos que hay en buen estado dedicado al culto de los que partieron. Y
estábamos únicamente arrancando.