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Costa Menorquina desde la Fortaleza de la Mola |
Ya me hubiera gustado estar a
bordo de aquel navío cartaginés, cuando avistaron la enorme entrada de mar que
había en aquella pequeña isla tan al oeste en el Mediterráneo. Supongo que
mezcla de miedo, sorpresa y admiración a medida que se adentraban en ella
durante kilómetros hasta llegar a su fin. Mahón recibe su nombre de del general
cartaginés Magón, hermano de Anibal, que tuvo la dicha de aventurarse y fundar
allí la ciudad que ha perdurado en el tiempo hasta nuestros días. Desde
entonces, muchos han sido los que han codiciado, y otros tantos los que han
atesorado, este puerto natural único, no sólo en el mar que le da vida, sino en
el mundo entero.
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Entrada al puerto desde La Mola con ruinas de San Felipe al fondo |
Ahora, sin ser ni pretender ser marinero
de los de antes, me adentro como aquel general para ir descubriendo lo que sus
gentes hicieron a lo largo de los tiempos, desde esa entrada al puerto y bajo
la mirada pasiva de pequeños torreones de defensa medievales, que salpican toda
la costa menorquina. El paso lo franquean a uno de sus lados el Fuerte de San
Felipe, que protegía de los ataques del mismísimo Barbarroja, cuando buscaba
las riquezas que guardaba su puerto tierra adentro, y también protegían a
ingleses de los ataques continuos de franceses por adueñarse de aquel tesoro
balear. Al otro lado, la impresionante Fortaleza de la Mola, la de Isabel II,
que la inauguró jubilando la anterior y con unas instalaciones de defensa mucho
más acordes con los tiempos. Nunca fue atacada y llega a nuestros días como una
formidable e interesante visita que no podemos dejar atrás si estamos en la
isla.
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Muros de la Isla del Lazareto |
Y franqueado por las dos
fortalezas, me topo de frente con una nueva puerta que parece pararme antes de
continuar. De entre sus rocas, desde esas murallas pegadas al filo de su costa,
parecen asomar las almas de los pacientes marinos que tuvieron que esperar
antes de continuar tierra adentro a través de esta lengua de mar. En la isla
del Lazareto y con los escombros del Fuerte de San Felipe, se construyo lo
necesario para proteger a los mahoneses de un nuevo enemigo, éste casi
invisible y que asola mortalmente con quién se enfrenta a él. Entre sus muros
esperaban aquellos que querían llegar a la ciudad y que las autoridades forzaban
a una cuarentena para prevenir a sus habitantes de una posible epidemia.
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Cala Fonts en Es Castell, en la noche de Santiago |
Sigo navegando por las aguas del
puerto, entre rocas y a babor se divisa una ensenada con decenas de bares,
restaurantes, tiendas y gentes caminando por su pasarela, disfrutando de lo que
aquel trozo del puerto de Mahón les brinda. Antigua cala de pescadores, aparece
ante mis ojos Cala Fonts, de la localidad de Es Castell. En ese puerto
recibirás los primeros rayos de sol de los pueblos de España, siendo la
localidad situada más al levante del país. Pasó de ser asentamiento militar inglés
a convertirse en un lugar turístico muy apreciado, para el que busca la
tranquilidad que brinda este pueblo menorquín. Como cambian los tiempos de unos
años a otros.
Todavía tengo girada mi cabeza,
contemplando a mi paso el pueblo de Es Castell, cuando me sale al paso otro
islote en medio de las aguas del puerto.
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Cementerio de los Ingleses |
La Isla del Rey fue ocupada allá por
el siglo VI para construir una ermita paleo-cristiana. Luego fue Alfonso III el
que la pisó para arrancar desde allí a la reconquista de la ciudad de Mahón de
los musulmanes en el XIII, de ahí su nombre. Pero la verdadera utilidad fue la
que le dieron los ingleses al construir en el XVIII su hospital militar, su
“isla sangrienta” particular, como ellos la llamaban. A su misma altura, pegada
a la costa, un pequeño recinto blanco. Era su cementerio. Dicen que de todos
los allí enterrados tan sólo uno es inglés, siendo el resto utilizado para
enterrar a los estadounidenses que durante un tiempo tenían allí su base naval.
Sigo mi navegar tranquilo por aquel
puerto, cuando ya empieza a intuirse el final. La tierra que me rodea está salpicada
de casas blancas sobre la roca visible, destacando una por encima de todas. Arriba,
mirando a mi izquierda, un palacete rojo resalta en la lejanía. Fue decorada
así con la pintura que sobró de la que se utilizaba para marcar los navíos que
traían la peste. Con ese color rojo se quiso distinguir las viviendas
británicas de la de los mahoneses. Se trata de la casa del Almirante
Collingwood, hoy convertida en hotel. Dicen de ella, que su fantasma mora
todavía por los pasillos de aquella mansión y que, de cuando en cuando, se
escucha el piano que tocaba en tiempos. Realidades y leyendas del paso de los
ingleses por aquellas tierras.
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Mejilloneras |
Tras pasar un estrecho llegamos
al final de nuestro navegar y se nos abre una nueva ensenada cargada de
historias de antes y de ahora. Apacibles mejilloneras cumpliendo con su labor
flotan a la entrada y es que el puerto da para todo. En la colina de la derecha
el Golden Farm es una nueva mansión roja. Fue testigo de los amoríos del
Almirante Nelson con Lady Emma Hamilton y en ella se alojaron príncipes y reyes
europeos a lo largo de los tiempos. Desde allí arriba, las vistas de la ciudad
de Mahón son únicas. En el centro, la punta de Cala Rata albergaba el puerto
base de los ingleses en su estancia en la isla en el XVIII. Todavía se
mantienen en pie la mayoría de las edificaciones que en su día se construyeron.
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Base Naval Inglesa en Punta de Cala Rata |
Y desembarco en la ciudad de
Mahón, casi a los pies de las iglesias de Santa María y la del Carmen. Termino
de descubrir esta maravilla natural que posee la isla de Menorca, después de
casi cinco kilómetros sobre sus aguas. Una vez en tierra firme pasear por el
Skyline y tomar un tentempié en alguno de sus bares y restaurantes, antes de
emprender una nueva caminata. Esta vez por la capital de la isla, Mahón, pero
bien merece un post aparte por todo lo que hay por descubrir en ella.
Pincha aquí para "Las ciudades de Mahón y Ciutadella"
Y tanto se merece más.... la última vez que estuve fue hace 22 años así que me encantará conocer todos los cambios y novedades... Un abrazo Willy...
ResponderEliminarBueno, pues a ver si saco un ratito y coloco esta segunda parte con la ciudad de Mahón y algunos alrededores.
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