Saliendo de Tábara |
Antes del amanecer dimos cuenta de las magdalenas y los
batidos que compramos en la tienda de Tábara, con el fin de afrontar los
aproximadamente 35 kilómetros que nos habíamos propuesto hacer hasta Calzadilla
de Tera. Minutos antes partían una peregrina de Tuy con su compañero holandés.
Según contó ella, hace años le salvó la vida subiendo la cuesta de “el
calvario” en nuestra Vía de la
Plata y desde entonces caminan juntos todos los años. Además,
conocía a nuestro compañero de la red social Alberto Estévez Piña.
Sobre las seis y media comenzamos a caminar, dejando a las
francesas desayunando y con las mismas pretensiones que nosotros, llegar a
Calzadilla, con la ventaja que suponía hacer la mitad del camino en coche. Nosotros
a nuestro aire, lo que si teníamos que salir lo más temprano posible a
fin de
que las horas fuertes de calor sean las menos posibles. Gracias al siempre
innovador Correjaco, en vez de bajar a la iglesia de Santa María y retomar el
camino de la etapa anterior, seguimos recto por la salida natural del albergue
y cogimos la carretera que lleva a Pueblica de Valverde. A tan sólo un
kilómetro enlazábamos con el Camino sin tener que dar tanto rodeo. La primera
bienvenida, ya en el Camino, nuestros amantes mejicanos que parecían mirarnos y
desearnos buen camino. Una mañana mas fresca que la anterior, que nos hizo
mantener la manga larga durante un poco más de tiempo, y una pista como la de
la primera etapa, limpia y ancha, y fantástica para caminar. Otra compañía
importante que teníamos, durante toda la jornada, era la jara pringosa,
abundante en todo el trayecto y que, como nos contaba Pedro, era llamada
también “el amor del pastor”. Esta variedad de jara, tiene en su hoja una
especie de melaza que al pasar junto a ella, se te queda pegada al pantalón, de
ahí su sobrenombre.
Perfecto día |
Buen y soleado día |
Santa Croya de Tera |
Río Tera |
Santa Marta de Tera |
Entre amapolas |
Acabando |
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