El sol estaba radiante, el cielo totalmente azulado, el mar en calma y
aquellos paseos de Cortils i Vieta y de Pau Casals colmados de gentes y
furgonetas de reparto. Estoy en Blanes y así iniciaba aquella ruta de sur a
norte por la Costa Brava. Quería conocer la verdad de esa fama que atesoraba
esta parte de Girona que da al Mediterráneo. Mar, acantilados, calas y pueblos
de ensueño, que arrancaban con la visita de un jardín botánico. Un empresario y
naturalista alemán afincado en Barcelona, decide dejarlo todo para comprar unos
terrenos en la comarca de La Selva y construir allí su paraíso particular. Mar
i murtra es un paseo sereno, entre multitud de especies vegetales allí
dispuestas por amor a la naturaleza. Este balcón al mar desde la montaña, está
considerado el mejor jardín botánico mediterráneo de Europa y al interés
cultural, educativo y de investigación, se le une las maravillosas vistas de
sus acantilados. La mañana no podía arrancar mejor.
Aquellos recuerdos de lugares donde estuve, redactados con el deseo de algún día volver.
De Guillermo Rodríguez Bernal
miércoles, 22 de febrero de 2017
jueves, 16 de febrero de 2017
La ciudad de Girona.
El río Onyar desde el Pont de Pedra |
lunes, 6 de febrero de 2017
Girona.- La comarca de la Garrotxa.
Santa Pau |
jueves, 2 de febrero de 2017
El Camino de Hijo y Padre.
Cuando el hijo fue a despertar a su
padre, aquella farola que daba claridad a la habitación le hacía ver que ya
estaba con los ojos abiertos. Inmóvil, como esperando el momento, Padre
esperaba cada mañana el momento en que Hijo se acercara, le tocara la cara y la
colmara de besos para despertarlo. Era muy temprano, todos dormían en el
albergue de A Gudiña, pero Hijo sabía que tenían que madrugar por lo despacio
que caminaba junto a Padre. Ya en el comedor, Padre esperaba paciente a que
Hijo preparara ese primer desayuno, que daría las fuerzas para arrancar la
jornada. Al terminar, darle esos 10 miligramos de memantina que ayudaba a Padre
a mantener lo máximo posible en su entendimiento, en recordar quien era y
quienes le querían. Con un cielo estrellado y sin que se notase sus ausencias,
partieron Hijo y Padre en un nuevo caminar a Santiago, ya por tierras gallegas.
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