Puerto de Bejar |
A un lado y al otro del río Cuerpo de Hombre |
Bajando el Puerto de Bejar |
Llevamos y nos queda |
Continuamos con nuestro caminar y
rápidamente ella nos cogió ventaja. Muchas eras los sitios que fotografiar y
don Tripodio necesitaba su tiempo. En seguida, nos topamos con el crucero de
Valverde de Valdelacasa. En los muretes de la iglesia de Santiago decidimos
reponer fuerzas con unos plátanos y unas manzanas que llevábamos desde Baños.
Amena charla con un vecino del pueblo que nos contaba la vida que tenían en su
pueblo y el trabajo que costaba tirar pa’lante en estas épocas. Y todavía
estaba por llegar la crisis. A la salida del pueblo, dos losetas de terrazo con
una inscripción que vimos antes de llegar a Casar de Cáceres:
Nos dio fuerzas para continuar, los mensajes de ese peregrino que iba
señalando el camino. Empezábamos a dejar atrás la sierra de Bejar y la de
Francia. Otro nuevo repecho hasta Valdelacasa y por fin la última subida, más
leve, hasta llegar a Fuenterroble de Salvatierra. Se hace interminable esa calle que
atraviesa el pueblo y te hace llegar al albergue. Una vez allí, la acogida del
hospitalero y el respirar de un lugar treméndamente peregrino y cargado a
rebosar de espíritu
jacobeo. El pabellón del patio estaba lleno y fue Blas el
que indicó que nos colocara en una habitación con unos murales increíbles.
Mientras, un brasileño que vivía en Canarias, nos pedía dos euros para preparar
la cena. Agradable encuentro en la mesa del comedor con muchos peregrinos y
familias que venían simplemente a disfrutar de la conversación y el trato del
cura más querido de toda la Vía de la Plata.
Valverde de Valdelacasa |
Camino del Corazón |
Fuenterroble de Salvatierra |
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