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| Albergue de Somport |
Pequeños copos de nieve nos
dieron la bienvenida en esta fría mañana en Somport. Nervios en la salida por
muchos motivos. El no caminar desde hace años, la larga etapa a la que nos
enfrentábamos y el frío, junto con el mal tiempo que nos podía apagar esta ilusión
de nuestra vuelta al Camino. Esa misma nieve nos impedía tomar el Camino en un
primer intento. Carretera hasta pasado un kilómetro en el que nuestro sendero
se despejaba del peligro que pudiera dar un posible resbalón. Así nos encajamos
en Candanchú, pueblo fantasma donde ni una sola luz se dejaba ver.